Principios de Derecho Internacional
PBllf01PIOS mente en la regla absoluta, pero no la abandonó. Otras ten- • tativas, hechas en apocas posteriores ~r los neutrales, han quedado Bin efecto, y el derecho de V1Sita subsiste en el dia teórica y prácticamente, sin otras limitaciones que las esta-, ble~das por tra.tados especiales. · , La doctrina relativa á la visita de los buques neutrales fué expuesta con bastante claridad por Sir W. Soott en el juicio de la Maria. Redújola á tres proposiciones. Primera : • Que el visitar y examinar los buques mercantes en alta mar, sean cuales fueren los buques, cargas y destinos, es un derecho in– controvertible de los beligerantes ; porgue m.iéntras no se vi– siten y examinen los buques, es imposible saber sí son verda– deramente neutrales, y cuál es su carga y destino. " Segun– da : « Que el empleo de la fuerza por parte de las naciones neutrales contra el ejercicio de este derer.ho , no lo altera ni menoscaba. 11 11 Dos soberanos, continuó, pueden estipular entre si, como recientemente lo han hecho algunos, que la presencia de sus buques de guerra significará mutuamente. la neutralidad de las naves mere.antes escoltadas por ellos y la legitimidad de sus destinos y -cargas; y si los soberanos con– tratantes se avienen á aceptar el uno del otro esta prenda ú otra cualquiera, no tienen las demas potencias que ver en eso, ni se les da el menor motivo de qu~!; 1 Pero ningun sobe– rano puede lesalmente e:xigir que se a 'ta semejante segu– ridad, no mediando pacto e!.llreso, ~rque ~ Derecho comun no reconoce otra que la V1S1ta y regtstro eJecutados por los beligerantes. » La tercera proposicion es : « Que la pena im– puesta por el Derecho de gentes á los contraventores es la confiscacion de las propiedades que se intenta sustraer al ex.á– men. » « Remitiéndome, anadió el juez, al dictámen de la recta razon, á la expresa autoridad de Vattel, á nuestras ins– tituciones y á las de otras grandes potencias marltimas, sos– tengo con toda confianza que por el derecho de gentes, see:un se entiende en el día, lapena del neutral que opone una delibe– rada y continuada resistencia ála visita, eslaconfiscacion (t). » La visita se hace de este modo. Un huque intima á otro por medio de un cai1onazo ó de la bocina, que se detenga y se acerque hasta que el primero le envie unbote pal'a examinar sus papeles y car~a. Habiéndose hecho práctfoa universal la de navegar con diferentes pabellones para disimular la nacio– nalidad de la nave, con la mira de inspirar una falsa seguri- (i) Rob. Rep. 1, 340.
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