El discurso público de Pinochet : un análisis semiológico
extiende mayormente acerca de las especificidades del ser o el hacer empresarial o laboral, sino que los refiere a su rol dentro de · la gran tarea ("colaborar", "contribuir", "asumir el lugar que les corresponde", etcétera). Por otra parte, hay que señalar la ausencia de califi– caciones generales en ambos casos. A los trabajadores se los califica positivamente sólo en determinadas circunstan– cias ("alta productividad"), usando los mismos calificativos que reciben otros actores: ",capacidad", "hombría", "patrio– tismo", "honestidad". Bajo otras circunstancias -y restrin– giendo las calificaciones a "algunos trabajadores"- se los califica negativamente: "faltos de orientación", "faltos de conocimiento". En el caso de los empresarios no hay calificaciones. Lo que son, entonces, dependerá de Jo que hagan. En las funciones, sin embargo, se hace presente implícitamente una calificación. Asi, puede observarse que los empresarios tienen una definición positiva. Se trata de que los empresarios que "aportan su factor productivo", se "inserten en la política del gobierno", "no lucren demasiado", "apoyen a los trabajadores". La primera función, sin embargo, se supedita a las restantes. Así vemos que la participación de los empresarios se da en los "numerosos cambios" que "se llevan adelante", en la pers– pectiva de "extirpar el cáncer marxista", tareas que no se relacionan directamente con su función productiva, sino más bien con las necesidades políticas propias del gobier– no. Estas tareas· pueden dividirse en: "anteponer los fines colectivos a los propios" y "comprender cuáles son los objetivos del gobierno". Como los objetivos de la "comu– nidad" son los mismos que los del gobierno (o los que éste define), se trata de que los empresarios los comprendan y acaten. Además, se les solicita "cooperación con los trnba- 40
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