El gesto pedagógico: reflexiones y orientaciones en torno al núcleo de aprendizaje Corporalidad y Movimiento de las Bases Curriculares de Educación Parvularia

gando a los seres humanos la capacidad de establecer el fundamento del pensamiento reflexivo, en un convivir en la biología del amar entramado en la corporalidad y movimiento. Esta condición biológica-existencial corporal básica, otorgaría a los seres humanos una especial sensibilidad hacia las señales que le da un otro, vi- viéndose como “ser corpóreo” en una experiencia de exploración y cons- trucción de la propia identidad a partir de contactos visuales, miradas, ges- tualidad y matices de voz, movimientos y desplazamientos (Calmels, 2011) acompañados o no de lenguaje oral, con una fuerte carga de emocionalidad vivenciada en un espacio de placer, libertad y juego espontáneo. La dimensión corpórea aparece entonces, como un espacio-tiempo diná- mico de constante ajuste, adaptación e interacción con un otro que lo cua- lifica, dimensiona, delimita, nombra y actúa de soporte para su desarrollo. Como señala Le Bretón, (2010) los gestos no se remiten a simples aspectos fisiológicos ni sólo a una dimensión afectivo psicológica, sino que ambas se entraman en una representación simbólica corporal otorgando una apertu- ra y disponibilidad para interactuar con otros humanos. De esta manera, las experiencias vividas desde el propio cuerpo otorgarían sentido a la propia realidad disfrutando el placer de “estar” en el mundo conjugando adaptación y coherencia en una acción contextualizada. El eje postural y la orientación en el espacio se constituyen entonces, como as- pectos que permitirán la incorporación de la materialidad del propio cuer- po y del espacio físico donde cada individuo se desenvuelve. Sin embargo, es importante recordar que, todo desarrollo individual esta precedido por un orden social dado y aunque la apertura al mundo en los seres humanos sea intrínseca y biológicamente establecida, será siempre transformada por el orden social (Berger & Luckmann, 2003), por lo tanto la individualidad es construida en un diálogo permanente con el contexto. En palabras de Le Bretón (2010) el individuo hace cuerpo con su cultura (p.26). De ahí que, la dimensión corpórea en la construcción de identidad en la primera infancia debería ser establecida como un eje fundamental del de- sarrollo infantil y consecuentemente con esto, ser abordada por la institu- ción educativa desde la valoración y respeto por todos aquellos significados de orden simbólico que responden al imaginario propio de la familia y la comunidad y son expresados en una gestualidad única de cada uno de los niños y niñas. 61

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=