El gesto pedagógico: reflexiones y orientaciones en torno al núcleo de aprendizaje Corporalidad y Movimiento de las Bases Curriculares de Educación Parvularia
Entonces, ¿cuál es el lugar del cuerpo en la educación? Actualmente existe una predominancia de toma de consciencia a partir de lo visual, es decir que según lo que observamos del mundo, nos hace- mos consciente de él y construimos conocimiento. Pero, este predominio ha favorecido que la corporalidad tenga una “invisibilización” dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje, quedando excluida en la posibilidad de generación de conocimiento (Carrasco & Lorca, 2013). Se planteó anterior- mente la importancia del trabajo corporal y su implicancia en los procesos mentales y de racionalización de fenómenos, por lo mismo no podemos seguir postergando ni dejando en segundo plano, o incluso, delimitando las posibilidades de abordar la corporalidad durante las experiencias de aprendizaje. Es fundamental que como educadores seamos conscientes de -primero que todo- nosotros somos cuerpo e inevitablemente generamos un vínculo corporal con nuestros estudiantes; en la escuela confluyen los cuerpos del educador/a y de los niños y niñas y este vínculo corporal está influenciado por las percepciones que emanan de dicha experiencia, y car- gado de sentimientos y emociones que pueden favorecer o complejizar la relación docente-estudiante-aprendizaje. Ser conscientes o estar conscien- tes, en palabras de Damasio (2016) “es el proceso por el que una mente se ve imbuida por una referencia que llamamos yo, y que se dice sabe de su propia existencia y de la existencia de objetos a su alrededor” (p. 202). Ahora bien, ¿de qué manera abordamos la comprensión del cuerpo en el proceso educativo de manera consciente?
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