El gesto pedagógico: reflexiones y orientaciones en torno al núcleo de aprendizaje Corporalidad y Movimiento de las Bases Curriculares de Educación Parvularia
Damasio (2016), plantea que el cuerpo es la base de referencia para la mente, desde la perspectiva que todo proceso antes de ser racionalizado pasa por la experiencia corporal; sumado a ello, establece que “los pro- cesos mentales se fundamentan en la cartografía que el cerebro tiene del cuerpo” (p.105) , por tanto, la experiencia corporal incide biológicamente en los procesos cerebrales, dado que estos mapas no solo refieren a las partes del cuerpo sino además a los estados corporales, mediados por la percepción que tenemos de nuestra corporalidad; entonces, al tener una imagen del cuerpo también hay imágenes de la manera de pensar. Dicho de otro modo, la forma en que comprendemos la propia imagen corporal y cómo la proyectamos, determina la comprensión y la proyección respecto a la propia forma de pensar, entonces la corporalidad y el modo de pensar pueden verse expresados -por ejemplo- cuando se abordan nociones como izquierda-derecha, cerca-lejos, entre otros. (Tuan, 2014) Entonces, al experimentar el movimiento y la corporalidad también afecta- mos las formas de pensar, y frente a esto, es indiscutible que las prácticas pedagógicas del trabajo corporal otorgan una base fundamental para los procesos del pensamiento, y al experimentar sensaciones de bienestar la mente no solo asocia este sentimiento positivo, sino que además represen- ta el mismo bienpensar (Damasio, 2016). Para sentir, es fundamental estar conscientes de nuestros sentimientos y como ello es percibido sensitiva- mente; a su vez es cíclico porque estas mismas percepciones aportan al proceso de la consciencia, como diría Damasio: la creación del yo. En este sentido, durante la etapa de la primera infancia, bien sabemos que están en proceso de búsqueda, conocimiento y estructuración de este YO, y por lo mismo toda experiencia de aprendizaje contribuye en la construcción de la realidad de ese niño, de esa niña, siendo la corporalidad uno de los pilares de este transcurso. La evidencia científica nos muestra que el trabajo de la corporalidad es fun- damental incluso para desarrollar aquellas habilidades o “competencias” que tanto quieren fomentar en el espacio de la escuela como lo es el ra- zonamiento matemático y la comprensión lectora, pero ¿cómo podemos comprender un texto sino somos conscientes de nosotros mismos? ¿cómo podemos desarrollar habilidades si estamos desconectados corporalmente de nuestras emociones y sentimientos? Damasio (2016) lo plantea: los sen- timientos dependen de las percepciones, y nuestra base de construcción de conocimiento depende también de dichas percepciones que tenemos de nuestro entorno y de nosotros mismos. Por lo tanto, pretender medir calidad de educación mediante pruebas estandarizadas, donde nuestros 50
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