El gesto pedagógico: reflexiones y orientaciones en torno al núcleo de aprendizaje Corporalidad y Movimiento de las Bases Curriculares de Educación Parvularia

puertas están abiertas. La invitación de la empatía se nos entrega en el espacio de confianza. Teníamos construido a través de la imaginería un “viaje a la playa” con los estudiantes, una experiencia  implementada a un grupo nivel medio mayor/ prekínder en un Jardín Infantil de la Región Metropolitana, el objetivo era abordar la orientación espacial, para ello configuramos material apropiado al contexto: hicimos 2 cajita de arena, 1 cajita de conchitas, 1 de algas y cochayuyo, teníamos también una pelota de playa y sonidos de gaviotas en la mar; sobre eso cons- truimos narrativamente el viaje. Partimos subien- do a un medio de transporte eligido en ese ins- tante -que fue un perro con un caballo tirando un auto- entonces, caminamos en bloque y dos de ellos tomado de mis manos, que supongo eran el perro y el caballo, realizaban diversas acciones: alrededor de estas cajas, entre las cajas, pasar por debajo de las con- chitas y sobre la arena con las manos o pies, sumado a que se generó una interesante textura ya que descubri- mos amigos. Ahí nos quedamos un ratito, explorando.  A los 10 minutos llega la directora con una estudiante atra- sada para que se incorpore. Mientras la niña se une al grupo, la directora me cuenta que acaba de fallecer su padre y en este momento está la PDI en la casa…(lenguaje de miradas en segundos con la directora), y la familia decidió enviarla al cole- gio porque había sido el deceso hace un par de horas, entonces la niña llegó afectada sin entender aún lo que estaba ocurriendo. Como la clase ya estaba en curso, le pregunté si conocía la playa -no hubo respuesta- o algún medio de transporte (sólo me miró una vez mientras se mordía el dedo índice de ambas manos), la niña no quería participar, le pedí que fuese asistente en el viaje narrándo- le aquello que pasaba, intenté en diferentes actividades incorporarla, me decía a mi mismo: “ya con la arena va a entrar, uff no funcionó, ya, ¡con la pelota!”. Con este recurso armamos dos equipos frente a frente, seguíamos a la pelota por distintos lugares de la sala desarrollando las orientaciones espaciales. Si bien el grupo atendía las indicaciones, tam- bién estaban dando atención a la compañera, y la niña aún no se integraba como esperaba que fuese, “paciencia” me decía a mí mismo y fue cuando decidí  experimentar las texturas, acercar cosas nuevas. La mayoría de los niños de ese jardín o de esa sala no conocían la playa (y yo todo el tiempo 21

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