Caricaturas de ayer y hoy

madcjar la idea hasta que descubre el meca– nismo. El lector se ,a acostumbrando a pensar un poco, ~ a constmir él mismo la parte que queda del chiste. Creo que le doy un pinchazo al lector. No siempre prO\OCO una tarcajada. -;.Qué opma de otros tipos de humor? ¿De tlerYi, de 1 Lukas? -Pienso que toda manifestación de humor es valiosa si llega o si cumple fines sociales v políticos. Herví es excelente; Lukas, un mu} buen captador de ambientes y sus dibujos políticos no crean odiosidad. -¿Qué pasaría si usted Yi'l-·iera en el mundo de sus dibu;os, Fernando? -¡Pero si eso es lo que sucede siempre! La vida de uno no es un cauce solitario. Uno está supeditado al laberinto de acontecimien– tos que lo rodea. La vida entera es un drama– grama, que tiene como protagonista al hombre. Y ,o so, un hombre. Ese hombre de carne r hueso· es el único protagonista de mis DrJmagramas. • l na experiencia co/e,.fiva: La CJii,•n V ntrc lo, años 60 , ":"O emergió en Chile t11d.1 1111.1 ~c:ncrJción de jó,·cnes dibujantes 84 que empezaron a colaborar en publicaciones como Topaze, Mampato, en las historietas de Zig-Zag ~ en las revistas frivolas tipo El Pingüi– no, Can Can y Vie;o Verde, de Guido Valle– jos. No existía otro campo de trabajo. Lé? otra prueba forzosa, pero agradable, por la cual debieron pasar la mayoría de los dibujantes, fue trazar los rasgos de Condorito. Pepo fue una amable escuela, y a muchos los introdujo en la caricatura. Pero en ningún caso eran óptimos el panorama profesional ni las fuentes de trabajo. Los dibujantes eran ( y aún son ) diagramadores, publicistas, periodistas, conta– dores ~-... dibujantes. Existía una frustración: o se hacía el chiste picante, o se hacía un chiste más o menos mofensi\'O en Topaze, o el dibujante se moría de hambre. La mavoría de los "nuevos" eran de izquierda. Cuándo se aproximaban las elecciones presidenciales de l 9i0 y despuú de mucho madurar la idea, decidieron aprc– vechar la veta humorística encauzándola por otros lados: ni política contingente ni sexo. La experiencia consistiría en hacer historieta~ de corte chileno puro, con personajes extraídos de nuestra realidad: el verdulerO, el almacene– ro de barrio, la vieja copuchenta, el bombero. el perro, el gato. Tomando como base la experiencia del mexicano Rius en su revista Supermacho, la cooperativa de dibujanh..-s fonnada por Hcmán

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