Teatro de Juan Radrigán (11 obras)

empieza a llamar milagro a comer dos dias sepios, puede llamar milagros a cualquier cosa. . . Hacer milagros es re f5cil: basta con quitarle algo a la gente y despuks entregar- selo de repente; la receta no falla. J A Q U E - iNo 10s vengai a echar a perder, desgraciao: nosotros creimos! A N T o N I 0 - Desgracia de ustedes nomas PO. Mire que venir a creer, precisamente en la unica parte donde ya no se puke creer na. M A D E - No le hagai caso, si este es tan poca cosa que ni sabe qu’esta vivo. (A Antonio) Apuesto que no sabis ni que pedir. A N T O N I o - Justo; cuando supe que la Verduga ia a traer a1 Milagrero p’aca, mesentk sobre Ias cenizas, m’em- peck a pegar con una teja en la cabeza y me larguk a medi- tar. . . Pero no encontrk quk decide, no encontrk quk pe- dirle. J A Q u E - Chis, jc6mo no vai a tener que pedirle, si soy tan desgraciao? M A D E - (A Jaque) Es tan desgraciao, que no es ni coli- pato. A N T 0 N I 0 - (Risuerio) Guena ho, jasi que ahora hay que ser colipato pa ser feliz? M A D E - No, pero a t6os 10s campanilleros les tienen que gustar las patitas de chancho, y con voh no pasa na: hasta en eso andai equivocao; no soy ni chicha ni limonA. JAQUE-Soy como un dia nublao, como un giiey, como una piedra. A N T 0 N I 0 - jY quk ustedes son muy pichas? M A D E - No, si no se trata d’eso; se trata de que voh tai viviendo de puro boluo nomas, ya te tendriai que haber de- claraomuerto hace tiempo. J A Q U E - Justo, nadie cont6 chistes en tu velorio, ni t’echaron tierra encima, pero’stai muerto. 2 A6nde te moris- te? A N T 0 N I 0 - No he muerto, a1contrario; la vida de la 329

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