Teatro de Juan Radrigán (11 obras)

nu de 10s bomberos) Un incendio. . . CAonde sera? (Bwca, trat de uer) <QuC s’estara quemando ahora? (Hack el hoyo {Ha’stao en algun incendio uste alguna vez? Yo si, era como treinta casas, las habian quemao unos futres, porqu decian que la gente no les habia pagao el arriendo (Hacia hoyo) Pucha la manerita de cobrar que tienen 10s futres, ah (Se encoge de hombros) Gueno, quC I’estaba diciendo yo? A de cuando m’encontrC con mi compadre. Claro, me cay bien di’un principio el torreja; asi que a1otro dia lo llev6 pa terminal y lo empeck a pulir: -Mira -le dije-, aqui la pega es re papa,llo unico qu tenis que hacer, es esperar que lleguen las micros y ofrecer les auto a 10s pasajeros; con diez trotes guenos que agarri en el dia, tai flor. -{Ir ahuscarles auto? <Esonoma? -Claro, eso noma. DespuCs, cuando te pulai, vai a c char a1 tiro cuando el pasajero es paita, o sea guaso, com voh; entonces le pegai la avisa al tacista, pa que le embole l perdiz antes de llevarlo pa ende va: ahi agarrai otro resto. -{Pa que 10s pulpeen, dice uste? -Geeno, hay que vivir PO -le dije. -No, yo no hago eso -dijo, ofendio. -<Y por que no? No seai gil, aqui tenis que avivarte. -No, compadre: yo no hago esa cuestion; a la via yo l peleo a mano limpia noma. Pucha, y era cierto. No hacia ninguna de las cuestione que haciamos nosotros; era mas sano que un quilo de mejo rales. En ninguna de las historias que contaba habian tajo choreos o bronca: eran otras cosas: pura amist8, pura al gria. Con decirle que nunca lo habian maquiniao en la pes ca; querer acusarlo de algo a 61, era como querer agarra un pufiao de viento. Uno se quedaba mirandolo cuand hablaba y le empezaba a correr una cuestion por dentro una cuestion rara, como si pudiera. . . Pucha, como si pu diera ser bonito vivir. “Asi nomas puee ser libre uno PO decia-: <nove que las cosas malas amarran? Amarran a l carcel o a 10s remordimientos. Y un cristiano con remordi 246

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