Teatro de Juan Radrigán (11 obras)

un breve momento. Se escuchanfuriosos ladridos de perros. Justa presta atencidn. Abre la ventana. Otea. Grita hacza afuera: “iCa- liche, Pallen!. . . Lucaana, separa 10s perros que otra vez tan pe- lzando con el Alicanto!”.) V 0 z L U <: i A - iNo le peguis a1 “Pallen”poh! V 0 Z L U C I A N A - iSuCltal0,“Caliche”,sudtalo! (lusta toma rapidamente un palo y sale. Ecos de p’tos, de ladri- dos; interjecciones. Luego regresan las tres, dzscutiendo.) L U C I A N A - ivai a tener que decirle a1 primo que se llee ese perro! L u c i A - Claro, 61es el que arma toas las peleas. J U S T A - No lo poimos degolver, siempre hemos tenio un Alicanto aqui. L u c I A - (Sentundose agotada) Esas eran mafias del ma- rio de mi madre: creia qu’eso I’iba a traer suerte. Per0 el Alicanto s’enojoporque le pus0 el nombre dC1a un perro. J u s T A - Que siga enojao: si no encontro 61 la veta, que no la encuentre nadie. L U C I A N A - El viejo no servia ni pa carruncho y se meti6 a buscar una veta. J u s T A - fQuCdijiste? L U C I A N A - Que no habia si0 nunca minero PO, no sa- bia na. Ahi nomas se conoce: el Alicanto es un pAjaro que sale de noche, si,cuando se para en alguna parte se le po- nen las alas amarillas, hay oro; si se le ponen blancas, hay plata, f y c6mo ia a hacer eso un perro? J U S T A - No era na pa que l’encontrara la veta PO: era igual que cuando una. quiere mucho a una persona y le pone el nombre d’ellaa otra, eso era. L U C i A - Y no andaa ni cerca tampoco, porque el Ali- canto no aparece por aqui, por aqui anda el zorro colorao, ese que cuando una lo encuentra y agarra una piedra pa ti- rarsela, se da cuenta que la piedra es di’oro. El no sabia ria de minas, tenia que haberse quedao de criancero noma. D’eso, de cabras, de ovejas, de burros, d’eso si que sabia harto, per0 la eda lo volvib tonto. J U S T A - Nuera tonto, si alguien le hubiera ayudao a 127

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=