Asi trabajo yo - tomo IV

Los obreros de la construcción son obreros de segunda clase, piensa Raúl Contreras, con treinta años de vida y veintitrés de trabajo, casado con Alicia Yáñez, padre de una hijita de un año. -El obrero de la construcción -dice- habita las poblacio– nes y campamentos más pobres de Santiago de Chile. Tiene que ser muy, pero muy calificado como para vivir en una casa más de– cente. "La emigración del campo a la ciudad es bastante fuerte y el compañero que llega del campo a buscar mejores horizontes en la ciudad, como solamente sabe arar la tierra y hacer labores pro– pias del campo, bueno, donde mejor tiene cabida es en la cons– trucción. ¿Por qué? Por su condición, por su capacidad física, en– tra inmediatamente como jornalero a los trabajos de demolición, a los trabajos más duros, de choferes de carretilla. De ahí le cuesta subir. Llega a maestro después de algunos años de aprendi– zaje, pero de ahí es díficil que pueda llegar a más. Eso genera re– sentimientos y, a veces, termina en la delincuencia. Porque tam- 1

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