Asi trabajo yo - tomo IV
bajo. La abunda'l1cia del agar-agar era como para ganar plata a manos llenas. Las reminiscencias surgen de los labios de Ismael Monsalves Ramírez, de cuarenta y dos años, nacido en este reducto isleño. Actualmente ocupa el cargo de bodeguero de la firma comprado– ra de pelillo Chile Exportaciones. Sólo cinco años de trabajo co– mo pelillero bastaron para que contrajera el reumatismo a las pier– nas. El amargo récuerdo que le dejó el mar no es tan sólo ése. Dos de sus hermanos menores perecieron ahogados al naufragar la embarcación en que efectuaban sus labores de pesca. Sus cuerpos jamás fueron recuperados. • El es r o El oficio no tiene distinción. Allí, sumidos en el agua y desa– fiando la rompiente de las olas, se divisan cuerpos de hombres fornidos, ancianos, mujeres y niños. Palmira Figueroa Garcés, cuarenta y ocho años, casada, seis hijos, es una de las tantas profesionales de este oficio. Viste al igual que los hombres el traje de goma que apretuja su cuerpo y hace resaltar su figura femenina. -Trabajo en esto para alimentar a mis hijos - dice- . °;\o 87
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