Asi trabajo yo - tomo IV

Luna Rivera fue premiado el año pasado por esta firma con el obsequio de una casa habitación por ser el jefe de la familia que más pelillo recolectó durante un mes en un concurso organizado por la empresa. Logró reunir junto a su grupo familiar (nueve per– sonas entre adultos y niños) un total de 9 toneladas de algas. Ernesto Luna Prieto, veintiocho años, casado, tres hijos y uno de sus vástagos, acota en medio de la conversacion: -En este trabajo no hay nadie que no esté fregado del reu– matismo. En el caso mío, por ejemplo, creo que también estoy jodío. Cada vez que el tiempo se quiere echar a perder, el dolor a las rodillas no me deja tranquilo. :\lis rodillas me sirven de ba– rómetro para conocer el tiempo venidero. En la isla no hay médicos, ni siquiera una simple posta de pri– meros auxilios. Si alguien se enferma debe ser trasladado al con– tinente en lancha, siempre- que el tiempo lo permita. La falta de atención médica en forma oportuna ha sido la causante de muchas muertes entre los isleños. -No hace mucho que el viejito Pedro quedó inválido para el resto de sus días. La paralizacion total de sus piernas le sobrevino de haber estado muchas horas en el agua en la recolección del pe– lillo. Ahora está postrado en cama sin más recursos que lo que su hijo mayor y su mujer se hacen en este mismo trabajo. "~uestro gremio carece de toda clase de previsión social. Para nosotros no existe otro beneficio que el trabajo v lo que gana- 83

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