Asi trabajo yo - tomo IV
depositando J orillas de la plava, para después ser trasladada en tractorc.:s hacia las canchas del tendido. Luis Ilurnberto Luna River,~. cuarenta y ocho años. casado, cin– co hi1os, es jefe de una familia pe1illera. Se integro a este trabajo en el aí10 l958, despues que se retiro voluntariamente de las mi– nas carhonífcras de Lota. -En esta pega hav que perder la compasión por uno mismo -afirma-. Lo que corre para el pelillero es ganar plata sin mirar el sacnfic10 que representa esta labor. Si el pelillo asoma a la una o dos de la madrugada, alh ha\' que estar. La necesidad lo empuja a uno solito a meterse al agua sin mirar para nada el sacrificio. "Cl.i10 que es cierto que uno se está cavando solo su sepultu– ra, pero q11é diablo, para subsistir no nos queda otra alternativa. En este trabajo ha, muchos ,·iejos como vo que han entregado las herramientas por enfermedad. Aquí es común que nos enfer– memos del reumatismo. Luis Luna, rodeado por sus familiares, muestra con orgullo un par de fotograbas que consen-a entre sus recuerdos. Fueron saca– das por un profesor primario en los instantes que cumplía su labor de pclillcro en el mar. - El trabajo -dice- era antes más duro que ahora..\ctual– mcntc esta faena la cumplimos protegidos con un traje de goma que nos avuda a fayorecernos del frío. Antes hab1a que hacerlo a cuerpo pc.:lado solamente. Los trajes que tenemos los entrego ha– ce tres ,mos la firma Chile Exportaciones a precio de costo. 82
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=