Asi trabajo yo - tomo IV
gente que llega aquí. Los estudiantes y los franceses y gringos, que se pelean las locitas. El primer viaje a la Anita: -Antes esta loza no se valoraba tanto. Fue un señor, don To– más Lago, que después escribió un libro sobre Quinchamalí, con fotos y todo, fue ese señor el que nos dijo que subiéramos el pre– cio de nuestros tiestos. ,Que la loza de Quinchamalí valía mucho afuera, y los turistas se la peleaban, y nosotros la regalábamos. El, junto a otro señor, don Lorenzo Berg, nos sacaron en nuestro pri– mer viaje a Santiago a una Feria de Artes Plásticas, en el Par– que Forestal. ¡Puchas la emoción! "Más lo que la revo1vimos en el tren, la f uana Romero, la Prá– xedes, la Lola. Bajamos en Talca a comer, v de ahí pa Santiago, donde nos alojaron en un hotel tan elegante, lleno de terciopelos v timbres por aquí, timbres por allá. ,Nosotras queríamos apagar la luz, y san que tocábamos un timbre y aparecía un. . . un ¿mozo? ¿mozo se llaman?... ¡Era una chacota! También pa'J ~Iundial ex– pusimos abajo de las Torres de Tajamar. Fue en 1962 v nos atendían como reinas. Pero por ningún motivo \'i\'iríamos en San– tiago. En eso estamos todas de acuerdo. . . Es lindo. s1. salir de 71
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