Asi trabajo yo - tomo IV

• La guitarrer "Hay muchas locitas que tienen su historia, su leyenda propia. Como esta famosa guitarrera que se vende tanto, y es regalona de los gringos. ¡También en el Cocema la venden mucho! Dicen que era una chiquilla enamorá que tenía su novio y, en la noche de San Juan, se pusieron de acuerdo pa juntarse bajo la higuera, sacar las flores y hacerse ricos. Claro, el novio no llegó y ella se con>1irtió en piedra. Y se quedó con la guitarra en la falda cantándole al amor perdido, sentada en una piedra; ¡por eso es tan guatona! ... "Igual como los cantaritos pa'l agua caliente, los "maru– chos" les dicen, por lo fruncidos que son: de ahí salió el canto: "Cantarito de greda... , de Peñaflor". Y el chanchito de tres patas, pa la buena suerte: dicen que también era hombre y se volvió chancho, de puro ambicioso y cochino que era... "Después que la figura está lista, viene el encolado. ¡Lo que está hac,iendo el Beto ahora, con ese pavito! O sea, se le echa una tierra roja, parecida a la pomairina, y disuelta en agua. Eso se seca, y empieza el bruñido, la componedura de la loza como le llaman. Casi todas las laceras de Quinchamalí se inician en su trabajo en esa fase: la bruñidura o componedura. Ayudándoles a sus ma– dres, o parientes, o a terceras personas, como es el caso de Lola Riola, una robusta locera, que se caracteriza por sus fíguras pícaras: curaditos, niños haciendo pipí al lado del caballo, mujeres emba- 66

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