Asi trabajo yo - tomo IV

de los pájaros. ¿No ve?: diuca, zorzal y chincol, diuca, zorzal v chincol. .. A la señorita i\Iariela del Conjunto Cuncumén yo le enseñé unas tonadas, de esas que ellos vienen a recopilar por aquí. También anduvieron la Margot Loyola, pero algunas ele ellas can– tan reformado y muy distinto. ¿Se acuerda de esa, Puerto de Val– paraíso, no se puede, no se puede?... "Buena cosa; había que alegrar la vicia. Yo siempre me tomo las cosas pa la risa. Hasta a mi marío, cuando me dejó con estos dos cabros, con' la l\faruca y el Beto. Esta casita es el esfuerzo de mi trabajo y de mis chiquillos. "Parece que aq't1í en Quinchamalí las mujeres tienen poca s~er– te con los hombres. Donde ellas tienen las agallas -nosotras mejor dicho-, ellos se botan a flojos o se van, pero hombres aquí, v que valgan la pena, hay pocos. Todo el trabajo de las loceras, es de laceras. A los chiquillos que meten manos en la greda los tratan de maruchos y colipatos, y comentan. Por eso al Beto no le gusta decir que él locea, pero lo más bien que mi cabro se agarra sus pesitos pa sus gastos. Ahí lo tiene puliendo la loza con aceite, limpiando y ligerito se va a arrancar a ver la television. Pero por lo menos no callejea. ''Yo conocí a mi abuelita, la Juana Cruz, y a algunos tíos: el Goyo, el tío Hipólito (Chalao le decíamos), el Gumercindo.. . . todos trabajando a jornal, en el campo. Ellos nunca agarraron un tiesto de loza. '''.\Iire cómo traspira una con esta greda; vo le estm, hablando. 61

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