Asi trabajo yo - tomo IV
48 había que gastar en comistrajos, en papas, en arroz, harina \' leva– <l ura... ¡Era harto cansadora fa "tirá''!, y dése cuenta usted que ellas le caminaban con el puro zueco, pero el zueco de verdad, ese de madera v taquito chato. Adentro, un par de calcetines de lana pa'l frío. ;\ li mamá y mi Tacú (porque yo le decía Tacú a la abue– lita ) usaban ese pullerón que se amarraba a la cintura con una tira, la llareta, \' sobre el pullerón iba la chaquetita arrepujada, igual que · la que usan los cantores hO\·. ¿Te acordái, :'\Iaruca, de esos cantores de cuello almidonado que salieron en la . televisión el otro día?.. . Hasta la ;\faruca, que en ese tiempo ni existía, o sería una cabrita de un año, se acuerda . • En el mercado ''Yo ah1 me meto en el baile, porque desde que empecé a lo– ccar, o más bien a acompafiar a las viejitas a Chillán, todavía se n:1a el pulieron largo \' las lozas gigantes. Allá en medio del ~ler– cado de Chillán las loccras se juntaban, tomaban su matecito jun– to a las caseras del \ Iercado. Yo tendría sus diez afias \' va me acuerdo cuando las ,·iejitas después de ,·ender la loza , se iban a comprar que el mate, que la chuchoca pa la cazuela de chancho... Después, había que aprm·echar harto el día, porque el tren de \'Uel– ta partia a las cinco; entonces íbamos a la esquina del Pobre Día-
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