Asi trabajo yo - tomo IV

Las viejitas -Hace poquitos días que murió ña Lolo. Tal vez ella era una de las últimas viejitas, ¡pero viejitas!, loceras ele Quinchamalí. Una de. las primeras que empezó bruñe que bruñe, amasa que ama– sa v modela el tiestito de greda. Ña Lolo era doña Dolores Ca– rrasco, una mujerona en sus tiempos. ¡Sus ciento veinte años tendría ahora la viejeéita! ¿No es cierto, l\1aruca?... ¡Pobre vieja, que se murió de soledad, v sepa usted si no fue de hambre tam– bién! Dicen que al final se estaba alimentando de la pura sustancia del hueso de caballo. Ya ni iba a buscar las papas ni los tomates a Chillán, ni se la veía en la fiesta de las cerezas. Así la encontta– ron en su casa junto al río, sentada, con la cabeza gacha entre las piernas. . . Ña Lolo hacía juguetitos chicos que eran una maravi– lla: · teteritas, chanchos, cantaritos, la guitarrera. . . Era de las primeras loceras que trabajaron la loza "artística", como le dicen ahora a las figuritas de Quinchamalí. "Las otras, las que viven al otro lado de la línea del tren, pa la loma, siempre se han especializado en la loza de servicio, los ties– tos grandes, los cántaros v callanas, los juegos de té. Dicen que 45

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=