Asi trabajo yo - tomo IV

Para Raúl Contreras el problema del alcoholismo entre los ohrc ros de la construcción es mucho más complejo. Dt: partida. ~e debe al bajo nivel cultural de los compañeros de la construccióu y a las condiciones de explotación brutal a que los han sometido . Al bajo estándar de vida. -Los obreros de la construcción -dice- son los que con tru– yen edificios como el de la UNCTAD, como las torres del San Borja, como las torres de Tajamar, ¡pero no son ellos los que los habitan! Ellos habitan solamente poblaciones marginales como sl' llamaban en el Gobierno de Frei. Poblaciones callampas como se llaman ahora (ahora por lo menos se les echa ripio). Pero todaví,1 siguen viviendo en condiciones subhumanas con respecto a lo que ellos han contribuido a formar, a lo que ellos han contribuido a construir. Ese mismo hombre que vive en campamentos m1 crablcs St ve sometido a una serie de tensiones que terminan por tmpujark hacia el alcohol. -Y esto es un fenorneno, bueno, que es más pronunciado cu el obrero de la construcción, pero es un problema nacional -afir– ma Contreras-. Entre los obreros fabriles digamos pasa lo mi · mo, solamente son bebedores o alcohólicos de fin de semana. E.I obrero de la construcción, pónganle ustedes que e1µ-n\ ·ierno se para– liza por lluvia una obra que esfé a carnpo descubierto, ¿qué hace el obrero?, ¿se va a su casa a comer sopaipillas con su señora? o. pues, se queda chupando _no más por ahí, se queda tomando trai;os 35

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