Salud popular desde la mirada de líderes comunitarios: visiones y experiencias
70 Conclusiones de la mesa de trabajo Siempre se está aprendiendo sobre cómo ser dirigente social en salud. Nadie tiene la absoluta claridad de cómo ser dirigente, eso depende de la historia de vida, de su comunidad y las necesidades históricas. Existen diversos espacios de participación, los cuales debemos usar desde la integralidad. A su vez, espera- mos sinceridad e integridad desde las otras personas vinculadas. Dado que Chile despertó, debemos trabajar por la solida- ridad y la equidad. Esto implica cambiar nuestros pensa- mientos, corazones y piernas. También implica cambiar el lenguaje, dejar de confundir para sincerar lo que se quiere y se necesite. Debemos trabajar por certezas comparti- das, dejar atrás las confusiones. El llamado a la acción de los dirigentes es a hacernos cargo de las responsabilidades de cada grupo. Dejar de ver la transparencia y los mecanismos de control social del sistema de salud como una barrera, sino que mejorar- los, simplificarlos y humanizarlos para dar mayor legitimi- dad y seguridad de lo que se hace. Todos estos mecanismos deben tener en el centro, la salud de las personas en el marco del desarrollo comu- nitario, más allá de las individuales de cada uno de los actores. Un dirigente social debe encontrar un equilibrio entre el sentir (corazón), el saber (la cabeza) y la acción (las piernas), esto implica comprender la dirigencia social, como un ser y estar integral. Se requieren profesionales de la salud empáti- cos y activos, que comprendan la participación social desde la comunidad. También, es importante que las autoridades nos consideren desde dicha integralidad. Los(as) dirigentes sociales no deben “ser utilizados” sólo para los motivos y metas de los centros de salud. Esta mirada implica pasar a llevar sus convicciones y experiencias, menospreciando ideas y experiencias de trabajo en la comunidad.
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