Brian, el nombre de mi país en llamas: cuadernillo de montaje de egreso

77 que estructuraron lo a-lógico. Esto, según El nuevo teatro de Kirby, es el uso de métodos de azar que estructuran lo a-lógico. Esta dirección de elementos por medio del manejo ambiental, hace énfasis en aspectos principales para que los espectadores experimentemos radicalmente ciertos materiales. En términos del sentido de estas materialidades, aquello que po- dríamos denominar como la semioticidad de la obra, podríamos de- cir que es bastante rica y compleja. Solo por nombrar un momento paradigmático, quizá la escena en la que más signos vemos de forma simultánea, podemos recordar aquel momento en que dos parejas que representan a Brian y a Diego en diferentes niveles, interactúan amorosa y sexualmente. La del nivel inferior está en el baño de la discoteque Blondie, por ende, lejos de la masa. La del nivel superior, entre las vigas que forman cuadriláteros, los vemos en una situación más pasional e íntima: cuerpos desnudos entregándose sin tregua en lo que podemos entender es una habitación u otro espacio cerrado, íntimo, protegido de lo público. En paralelo, desde las butacas más próximas a la salida del teatro, la mujer misteriosa que representa a Shakira canta Para amarte , una letra dirigida a quien enseñó amar. Además, en el mismo micrófono por donde habló el primer Diego, escuchamos a otro decir los versos, los relatos que indican de los en- cuentros a escondidas, del miedo al resto, de las miradas inquisiti- vas y asesinas, del nerviosismo del primer amor sincero. Todos estos elementos simultáneos nos hablan de lo mismo, generando así una composición que cobra sentido, a pesar de lo poco armoniosa por la sobrecarga de estos en escena. Otra escena potente y cargada de se- mioticidad es la cueca de los neo nazis. La chica de carácter rudo y que más tarde vemos destacarse dentro de la multitud de estas agrupacio- nes, aparece desde el fondo, sola, con una fotografía de un detenido desaparecido pegada al pecho y alzando un pañuelo señalándonos que bailará la cueca. Con movimientos frágiles, al son de una cueca cantada melancólicamente por otras neonazis nos enfoca la mirada