Cuadernos Beauchef: ciencia, tecnología y cultura: vol. III Chile sobre la marcha
130 Cuadernos de Beauchef total de sus relaciones directas e indirectas con sus contemporáneos y con todas las personas de generaciones anteriores. El individuo puede pensar, sentirse, esforzarse y trabajar por sí mismo; pero él depende tanto de la sociedad —en su existencia física, intelectual y emocional— que es imposible concebirlo, o entenderlo, fuera del marco de la sociedad. Es la “sociedad” la que provee al hombre de alimento, hogar, herramientas de trabajo, lenguaje, formas de pensamiento, y la mayoría del contenido de su pensamiento; su vida es posible por el trabajo y las realizaciones de los muchos millones, en el pasado y en el presente, que se ocultan detrás de la pequeña palabra “sociedad”. Es evidente, por lo tanto, que la dependencia del individuo de la sociedad es un hecho que no puede ser suprimido —exactamente como en el caso de las hormigas y de las abejas—. Sin embargo, mientras que la vida de las hormigas y de las abejas está fijada con rigidez en el más pequeño detalle, los instintos hereditarios, el patrón social y las correlaciones de los seres humanos son muy susceptibles de cambio. La memoria, la capacidad de hacer combinaciones, el regalo de la comunicación oral, han hecho posible progresos entre los seres humanos que son dictados por necesidades biológicas. Tales progresos se manifiestan en tradiciones, instituciones y organizaciones; en la literatura; en las realizaciones científicas e ingenieriles; en las obras de arte. Esto explica que, en cierto sentido, el hombre puede influir en su vida y el pensamiento consciente puede jugar un papel en este proceso y en los deseos. El hombre adquiere en el nacimiento, de forma hereditaria, una constitución biológica que debemos considerar fija e inalterable, incluyendo los impulsos naturales característicos de la especie humana. Además, durante su vida, adquiere una constitución cultural que adopta de la sociedad con la comunicación y a través de muchas otras clases de influencias. Es esta constitución cultural la que, con el paso del tiempo, puede cambiar y la que determina, en un grado muy importante, la relación entre el individuo y la sociedad. Como la antropología moderna nos ha enseñado, con la investigación comparativa de las llamadas “culturas primitivas”, el comportamiento social de seres humanos puede
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