Metodologías aplicadas para la conservación de la biodiversidad en Chile
Capítulo 15. Educación para la Conservación de la Biodiversidad - 533 532 - Metodologías para la Conservación de la Biodiversidad en Chile. de desarrollo de las personas. Para niños se ha visto que simplemente pasar tiempo en la naturaleza, jugando, explorando y descubriendo, es una actividad fundamental. Para jóvenes y adultos es conveniente organizar actividades de contemplación, paz y reposo en conexión a un ambiente natural. Por ejemplo, el destacado educador ambiental Rod Walker, en el Centro La Loma de Pichares, Pucón, (www.tocatierra.cl) , aplica la sencilla metodología de caminar por el bosque descalzos y en silencio, dejando que lo sensorial acalle a la mente, que la tierra empape las sensaciones, la belleza balancee las emociones, y que el contacto con la naturaleza haga el trabajo del educador, desarrollando la consciencia por sí sola. Este tipo de experiencias también son integradas en el programa educativo del Taller de Formación de Monitores de EAAL que se dicta cada año en el Parque Katalapi www.parquekatalapi. cl. Específicamente, se preparan experiencias que desencadenan emociones y conexión con el bosque, siempre en forma voluntaria y respetando las preferencias de los participantes, invitando a juegos organizados, dinámicas grupales y aventuras de descubrimiento de mensajes valóricos en el bosque. Entre otras experiencias, se incluyen invitaciones a la exploración nocturna, o bien exploraciones diurnas pero privados de uno o varios órganos de los sentidos, por ejemplo, con los ojos tapados. El segundo objetivo establecido en la definición de EA es “aumentar conocimientos”, vinculado al cual se presenta una gran paradoja entre evidencia de crisis y falta de acción. En el siglo XXI, contamos con un cúmulo de conocimientos y abrumadora evidencia de problemas tales como los niveles de contaminación que hacen el aire tóxico en muchas ciudades, que la erosión del suelo y alteración del clima es mayor que nunca antes en la historia de la civilización, o que la humanidad se enfrenta a la “sexta” extinciónmasiva (Centro de Diversidad Biológica 2015). Sin embargo, aunque este conocimiento está ampliamente documentado, ello no se traduce en acciones contundentes institucionales ni personales que conduzcan a la conservación de la biodiversidad. Lo anterior deja en evidencia que el conocimiento no conduce por sí solo a la conservación de la biodiversidad. Sin embargo, la formación científica, académica de aspectos intelectuales, es la que predomina a través de todo el sistema educativo tradicional, en desmedro de una educación que tenga como centro la persona y sus emociones. Teniendo actualmente una cantidad de conocimientos especializados casi infinita, el educador debe elegir con su limitado tiempo, cuáles desarrollar. La necesidad de priorizar nos regresa a la importancia de trabajar las emociones en conjunto con los conocimientos. Si se entregan conocimientos que despierten la curiosidad, sorpresa o que causen conflicto con conocimientos previos, llevarán a la persona a querer tener más conocimientos y aplicarlos en la acción. Lentamente, debemos transitar hacia una educación con una perspectiva más árboles o semillas, y el cuidado de las plantas en la infancia, tuvo una relación directa y positiva con las actitudes ambientales adultas. La participación en la naturaleza no intervenida se asoció positivamente con conductas medio ambientales, mientras que las experiencias con “la naturaleza domesticada” fueron marginalmente relacionadas con comportamientos ambientales. Concluyeron así que cuando los niños tienen experiencias en el mundo natural a una edad temprana, es más probable que la experiencia se quede con ellos de una manera permanente, dando forma a su trayectoria y compromiso ambiental posterior (Wells y Lekies 2006). Al menos en teoría, la Educación Ambiental es así reconocida como un proceso amplio, que va mucho más allá del desarrollo de los conocimientos científicos, ecológicos y ambientales, en el cual es fundamental llegar a ámbitos integrales de la persona, como son las emociones y acciones. Todo esto se recoge en la definición de la Educación Ambiental realizada por las Naciones Unidas en Tibilisi (UNESCO 1978), y que no ha variado desde su adopción inicial en 1978: LaEducaciónAmbiental esunproceso dirigido a desarrollar una población mundial que esté consciente y preocupada del medio ambiente y de sus problemas y que tenga la motivación, los conocimientos, la actitud, las habilidades y las conductas para trabajar ya sea individual o colectivamente en la solución de los problemas presentes y en la prevención de los futuros. Considerando la anterior definición de Educación Ambiental (EA), vemos que el primer objetivo que ella destaca es “desarrollar consciencia”, concepto directamente vinculado a lo afectivo. Tal como se demostró en la sección anterior, la necesidad de desarrollar consciencia está vinculada al desarrollo de la conexión emocional con el objeto de nuestro cuidado (Maturana, Céspedes) - en este caso la naturaleza -, lo que también es el primer objetivo general destacado en la definición de EA. Evidencia complementaria de la necesidad de proveer contacto con la naturaleza en etapas tempranas del desarrollo lo arroja un estudio reciente (Zylstra et al. 2014) en una revisión de resultados de la investigación demás de 300 publicaciones que tenían en común el objetivo de establecer el significado de “conexión con la naturaleza”. Este estudio definió el concepto como “un estado de equilibrio consciente, simbiótico entre los conocimientos, los afectos, y las experiencias que reflejan, a través de actitudes y conductas, una consciencia sostenida de las interrelaciones entre la persona y la naturaleza” (p. 119-143). El desarrollo de la consciencia, que en teoría puede parecer tan difícil de lograr, puede ser trabajado en terreno con actividades extremadamente simples, siempre ajustando al estado 3. OBJETIVOS DE LA EDUCACIÓN AMBIENTAL Y EJEMPLOS EN CHILE
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