Metodologías aplicadas para la conservación de la biodiversidad en Chile
Capítulo 13. Bases que Explican la Existencia de Áreas Silvestres Protegidas - 501 500 - Metodologías para la Conservación de la Biodiversidad en Chile. y Font 1998). Sin embargo, como es posible deducir, los instrumentos utilizados para alcanzar estos objetivos deben complementarse en el sentido que sin medidas de conservación, de programas de mejoramiento de la calidad de vida, integración y valorización del entorno por parte de las personas y de las instituciones involucradas, el ordenamiento territorial por sí sólo no asegura la sustentabilidad ambiental. Por otro lado, sólo planes de protección de la naturaleza, programas sociales y económicos aislados, no aseguran la integración de todos los aspectos para el manejo de los territorios, según sus potencialidades y restricciones. Es necesario por lo tanto, comprender las relaciones entre los componentes presentes, y si se trata de ASP, considerar si están siendo efectivas como sistema junto con el resto del territorio y si su manejo responde a los objetivos de conservación del país y sus necesidades. Se espera la generación de una red ecológica de conservación, dónde se plantea una matriz de gestión, en que exista conectividad y distinta gradualidad de protección en el territorio. Conservación, derecho que permite oficializar la conservación privada. Destaca que en marzo del 2017 se realizó la donación de Tompkins Conservation y las fundaciones ligadas a esta fundación de aproximadamente 400.000 ha (gran parte corresponde a Parque Pumalín) al Estado de Chile, para la creación de la futura red de Parques Nacionales de la Patagonia chilena. Sumado a donaciones anteriores y al aporte del Estado, se contará con un nuevo espacio protegido de 4,5 millones de ha. Este hito corresponde a una de las mayores donaciones de tierras privadas para las áreas protegidas del planeta (MMA 2017). El año 2009 se realizó la valoración económica anual de los servicios ecosistémicos (que han sido posible valorarse)del sistema nacional de áreas oficialmente protegidas (SNAP1) y ésta alcanzaba los USD 1.368 millones (considerando 14.438.509 ha sometidas a la valoración económica), mientras que las áreas protegidas oficiales incluyendo los sitios prioritarios y las áreas protegidas privadas (SNAP2) llegaban a USD 2.049 millones 1 (considerando 18.053.211 ha.) (Figueroa 2010). A pesar de la importancia que presentan las áreas en términos económicos, la asignación de recursos para la gestión de las áreas silvestres protegidaspresentaunabrechanegativa considerable al comparar Chile con el resto de Sudamérica, sin embargo, ha aumentado paulatinamente el presupuesto de la Ley de Presupuesto para el SNASPE (Figueroa 2012). Gran parte de los fondos destinados a la conservación provienen del Estado, ingresos propios, y últimamente se han incrementado considerablemente los aportes de ONG’s internacionales y privados. A pesar de las iniciativas adoptadas para proteger áreas específicas, no es posible asegurar su éxito, ya que no existen políticas ambientales que integren de manera holística la problemática, considerando todos los sectores involucrados. Tampoco existen a nivel de país programas de seguimiento,monitoreoe investigación científica de las ASP. Otra deficiencia son los bajos incentivos económicos para conservar, además que no existe una planificación que asegure la conectividad entre las figuras de protección (Sierralta et al. 2011). Según la Conferencia Europea de Ministros responsables de Ordenación del Territorio (CEMAT2000), los principios para una política de ordenación sostenible deberían incorporar una cohesión territorial, accesibilidad, valoraciónmedio-ambiental y cultural, desarrollo de recursos energéticos, turismo y acciones preventivas de catástrofes naturales. Bajo estos aspectos, el ordenamiento territorial puede ser un instrumento de gran utilidad para que las políticas no queden sólo en los fundamentos, sino que se lleven a cabo en forma concreta, con objetivos a largo plazo, donde la sustentabilidad y conservación ambiental sea considerada junto con el crecimiento económico y la equidad social, pilares del modelo de desarrollo del país, manteniendo la capacidad de renovación de los recursos naturales en el tiempo (CONAMA 1998; Pujadas Clavel del campo Mutisia sinuata ©Benjamín Astorga
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