Metodologías aplicadas para la conservación de la biodiversidad en Chile
Capítulo 13. Bases que Explican la Existencia de Áreas Silvestres Protegidas - 485 484 - Metodologías para la Conservación de la Biodiversidad en Chile. CAPÍTULO 13: BASES QUE EXPLICAN LA EXISTENCIA DE ÁREAS SILVESTRES PROTEGIDAS Ariane Claussen, Jorge Pérez-Quezada y Álvaro Promis 1. CONTEXTO GENERAL La naturaleza es la base de nuestras vidas en el planeta y su biodiversidad cumple un rol fundamental dentro del funcionamiento de los ecosistemas. Los servicios ambientales que otorgan los ecosistemas se han agrupado en servicios de provisión, de regulación, culturales y de soporte, y son considerados vitales para el bienestar del mundo (TEEB 2010). A pesar de su importancia, existen certezas acerca de la responsabilidad de los humanos sobre la pérdida y degradación de la biodiversidad y el funcionamiento de los ecosistemas, sobre su sensibilidad ante la disminución de biodiversidad, la disminución de resistencia frente a perturbaciones ambientales y la disminución de productividad (Naeem et al. 1999). Es más, las consecuencias del uso intensivo de los recursos naturales ha desencadenado un nivel de extinciones de especies de tal magnitud, que se estima que corresponde a la sexta extinción masiva que ha experimentado la Tierra, siendo la única impulsada por la acción del ser humano, a diferencia de otros cataclismos originados por eventos naturales (Sodhi y Ehrlich 2010). Para contrarrestar esta problemática, existen movimientos que sugieren conservar la biodiversidad y con ello asegurar el sustento de los servicios básicos de sobrevivencia. Por otro lado, existen también corrientes que fundamentan su conservación por razones éticas, como el valor de existencia de la naturaleza. Si bien las posturas difieren en por qué conservar, es un hecho claro que gran parte de la superficie del planeta se encuentra degradada en mayor o menor grado. Algunos especialistas plantean que la huella que está dejando la humanidad debe ser cuantificada y difundida, para así concientizar a los habitantes tanto de los centros urbanos, como de sectores rurales, de las consecuencias que conlleva el proceso de enajenación del hábitat, fomentando el establecimiento de una relación más equilibrada con su entorno (Sanderson et al. 2002). El índice Planeta Vivo (medición de la abundancia de la biodiversidad con base en el seguimiento a 14.152 poblaciones de 3.706 especies de vertebrados) muestra un descenso del 58% entre 1970 y 2012, siendo alarmante que para el año 2012 era necesario contar con 1,6 planetas Tierra para cubrir la demanda de recursos naturales y los servicios ambientales de un año (WWF 2016). Según indican Rockström et al . (2009), los nueve procesos ambientales que determinan ©Vivianne Claramunt
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