Metodologías aplicadas para la conservación de la biodiversidad en Chile
Capítulo 11. Planificación Sistemática para la Conservación y los Servicios Ecosistémicos - 415 414 - Metodologías para la Conservación de la Biodiversidad en Chile. reflejar, representar o reemplazar la mayor parte de los componentes aplicables a la región sobre la cual se busque diseñar e implementar PSC. A estos elementos se les denomina “sustitutos de la biodiversidad”. Estos valores sustitutos o subrogados de biodiversidad deben ser cuantificables y contar con representación espacial, a partir de registros de campo, sensores remotos o modelos. Pueden tratarse de especies de mayor prioridad o amenazadas de extinción, especies indicadoras de estados de conservación ambiental, especies clave en funciones o procesos ecológicos, especies paraguas que reflejen el estado de conservación del ecosistema, especies carismáticas o de alto valor cultural o incluso especies conspicuas o notables que por ello cuenten con mejor información. Otros parámetros útiles como sustitutos incluyen parámetros de diversidad filogenética del área, criterios de importancia comercial o de sustento local, comunidades vegetacionales o bien categorías ambientales o bioclimáticas (Rodrigues y Brooks 2007, Margules y Sarkar 2009). La representación de una red de reservas se beneficia al incorporar una amplia gama de elementos sustitutos, basados tanto en conocimiento científico como en saberes locales de la comunidad asociada al área de estudio. La incorporación temprana de la comunidad local, como se verá más adelante, favorece la aplicabilidad y validez de las prioridades a la hora de establecer nuevas reservas o un plan de ordenamiento territorial o más recientemente denominado “infraestructura ecológica” (Snäll et al. 2016). Chile, con casi el 21% de su superficie en áreas protegidas públicas, destaca por estar por sobre los umbrales tradicionales de conservación que recomiendan proteger el 10% o 17% de los territorios según el Convenio sobre la Diversidad Biológica (UNEP/ CBD 2010). Al igual que en el resto del mundo, las áreas protegidas chilenas fueron asignadas sin mayores criterios biológicos resultando en un sesgo hacia las altas cumbres y regiones extremas del país (Armesto et al. 1998, Pauchard y Villarroel 2002). Como consecuencia, el sistema de áreas protegidas está lejos de ser una muestra representativa de la biodiversidad chilena (Pauchard y Villarroel 2002, Tognelli et al. 2008, Pliscoff y Fuentes-Castillo 2011, Durán et al. 2013). Las evaluaciones del grado de representación del sistema de áreas protegidas concuerdan en que es insuficiente y que para muchos elementos este aún se desconoce (Squeo et al. 2003, Luebert y Pliscoff 2006, Ramírez de Arellano 2007, Squeo et al. 2010, Alarcón y Cavieres 2015). Por ejemplo, Tognelli et al. (2008) encontraron que más del 13% de los rangos de vertebrados no están representados en ningún área protegida existente en Chile y muchos de los vertebrados restantes tienen una pequeña proporción de sus rangos geográficos bajo protección. Del mismo modo, Luebert y Pliscoff (2006) indicaron que el 18% de los pisos de vegetación (127 definidos para Chile continental) no están representados en las áreas protegidas actuales y que el 66% de estos pisos de vegetación tienen menos de 10% de su superficie representada en áreas protegidas. Al analizar la representación de los hábitats de una muestra de plantas de 2. ANTECEDENTES: PLANIFICACIÓN SISTEMÁTICA DE LA CONSERVACIÓN 2.1 Redes de reservas y atributos esperados Comúnmente los humanos han ocupado primero la tierra agrícola más productiva, seguido por una consolidación de asentamientos y su posterior crecimiento. Este patrón de ocupación se caracteriza por modificar los sectores más productivos generando pérdida de hábitats y por otro lado, dejando un mayor grado de naturalidad en sectores menos productivos y más lejanos a asentamientos humanos (Turner 1990, Watson et al. 2011). Este mismo patrón ha quedado plasmado desde el inicio del establecimiento de áreas protegidas, quedando éstas en sitios menos alterados y poco productivos, generalmente con mayor valor escénico y de recreación, concentradas en terrenos lejanos y altos (Joppa y Pfaff 2009). Por lo tanto, aunque el 13% del planeta se encuentra bajo algún grado de reserva (Jenkins y Joppa 2009), la biodiversidad existente está pobremente representada en el sistema salvo aquella existente en terrenos secos, congelados y de altas pendientes (Pressey et al. 1993, Rodrigues et al. 2004). Grado de Representación de la red de reservas Uno de los principales atributos de una red de reservas es contener ejemplos de cada uno de los elementos de la biodiversidad o los servicios ecosistémicos que se desea proteger. El grado de representación es uno de los principios fundamentales de la Planificación Sistemática de la Conservación (PSC). Una buena representación ha sido difícil de lograr debido al incompleto conocimiento de la distribución espacial de la biodiversidad (insuficiencia de Wallace) e incluso del número de especies que existen en un determinado lugar (insuficiencia de Linneo) (Brown y Lomolino 1998). Si además se pretende representar usos asociados a la provisión de servicios ecosistémicos, se generan complejidades adicionales para el diseño de sistemas de reservas o procesos de ordenamiento territorial. Para lograr una buena representación, lo ideal es que los elementos de la biodiversidad incluyan una combinación de diversidad genética, especies y comunidades, tanto en composición, estructura como función ( sensu Noss 1990). La inclusión de diversos componentes de la biodiversidad permite un sistema de reservas que además de representativo sea amplio. En la práctica, para representar la biodiversidad de manera amplia, es necesario incluir una serie de elementos “sustitutos”. Restricciones en recursos económicos, humanos y de información impiden cuantificar exhaustivamente los diferentes atributos de la biodiversidad, tanto en composición, estructura y función, en los diversos niveles de organización biológica en plazos razonables para la toma de decisiones en un territorio. Por ello, se usan solo ciertos atributos de la biodiversidad, que permitan
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