Metodologías aplicadas para la conservación de la biodiversidad en Chile

Capítulo 5. Medidas Basadas en Filogenias como Argumentos para la Conservación - 171 170 - Metodologías para la Conservación de la Biodiversidad en Chile. dividiéndolopor ladesviaciónestándar. De esta manera se puede directamente sustraer el valor de PD normalizado del de riqueza normalizada; así, áreas que presentan un valor positivo, serían zonas en las cuales PD es mayor que lo esperado por riqueza, y con un valor negativo se representarían las áreas en las que PD es menor que lo esperado por riqueza. Pio et al. (2011) utilizaron esta metodología para estudiar, también en Sudáfrica, los patrones espaciales de las relaciones entre PD y riqueza utilizando especies de la familia Proteaceae, plantas que tienen en esa zona su centro de diversidad, incorporando también, en un estudio posterior, dos grupos de mamíferos (Pio et al. 2014). Además de utilizar el método de la normalización, este estudio es interesante ya que incorpora el modelamiento de distribución de especies para estimar la distribución geográfica de los taxa en estudio. Esto es particularmente útil en países en los cuales las bases de datos de localidades son escasas, como es el caso de Chile. Otro estudio que combina índices evolutivos con modelos de distribución de especies es el llevado a cabo por Thuiller et al. (2011), quienes estudiaron las variaciones de la PD en Europa en escenarios de cambio climático. Para ello utilizaron grandes grupos de taxa (aves, mamíferos y angiospermas), modelando la distribución actual y futura de todos los taxa utilizados y luego calculando deltas entre la PD actual y la esperada en distintos escenarios de cambio. El estudio mostró bastante convergencia en la respuesta de los diferentes grupos, evidenciando una homogenización de la PD en Europa dado que se esperan intercambios geográficos de los ensambles de especies y migraciones hacia zonas de mayor latitud y altitud. De hecho, la diferencia entre la PD actual y futura muestra un aumento en PD en el norte de Europa y en las zonas montañosas para los tres grupos de taxa estudiados (Thuiller et al. 2011). Otros estudios han mostrado un patrón similar, coincidiendo en que las latitudes más altas concentrarán la mayor cantidad de cambios futuros. Para estudiar esto en más detalle, se modelaron las distribuciones actuales y futuras de 1541 especies de plantas en Alberta, Canadá, con el objetivo de estudiar la distribución geográfica de la PD y su comportamiento en escenarios de cambio en latitudes altas. Se encontró que el cambio climático tendrá efectos diferentes para los distintos grupos de especies, y que los riesgos de extinción no se distribuyen al azar en la filogenia de la flora de esta zona. Se pudieron identificar centros de mayor vulnerabilidad y alto valor evolutivo, que debieran ser considerados con mayor prioridad de conservación (Zhang et al. 2015). 3.3. Estudios a nivel de especies: ED y EDGE y su uso en conservación Como se mencionó anteriormente, no todas las especies son iguales, y dada la limitante de recursos, se hace necesario encontrar maneras de priorizar aquellas que requieren los mayores esfuerzos de conservación. La cantidad de evolución que una especie contiene puede entenderse mejor con el siguiente ejemplo: si pensamos en un jarrón de fabricación masiva, éste cumple la misma función que uno que medidas basadas en filogenias fue realizado en el Cabo de Sudáfrica, lugar que alberga a la reserva Fynbos, uno de los mayores centros de diversidad y endemismo de flora del mundo (Goldblatt y Manning 2002). La reserva ocupa una franja en la zona oeste del Cabo. Al analizar los patrones de PD y riqueza, Forest et al (2007) encontraron que la distribución geográfica de PD en el Cabo de Sudáfrica coincidía en gran medida con los patrones de riqueza de géneros, es decir, que la mirada global indicaba que las zonas más ricas en número de géneros por área eran también las que tenían una mayor PD. Para estudiar la relación estadística entre estos parámetros se hizo una regresión lineal entre ambas medidas con un alto coeficiente de relación. Sin embargo, al poner en el mapa los residuales de dicha regresión, se evidenció que las áreas en las que PD era mayor que lo esperado por riqueza se concentraban en la zona Este, es decir, la zona que no estaba protegida por la reserva. Por el contrario, las zonas en las que PD era menor que lo esperado por la riqueza de géneros, estaban concentradas en la zona protegida. El mismo resultado se obtuvo al comparar los patrones geográficos obtenidos con un modelo nulo. Es decir, abordar la pregunta de si en una zona dada, la PD obtenida era mayor o menor que lo esperado por azar. El estudio de Forest y colaboradores marcó un hito importante en los estudios de PD y su relación con la riqueza de taxa, ya que se entendió que comparar los patrones crudos de ambas mediciones no basta para tener una perspectiva estadísticamente significativa de esta relación. Actualmente, las mediciones de PD o cualquier otro índice basado en filogenias pueden someterse a varias pruebas estadísticas de significancia, utilizando tanto modelos nulos con taxa elegidas al azar, como también comparar los valores con árboles filogenéticos nulos, en los que se homogeniza el largo de ramas. Esto permite por ejemplo saber no sólo si una zona contiene mayor o menor PD que lo esperado por azar -es decir si en esa área los taxa se encuentran más dispersos o más aglomerados en la filogenia- sino también si los taxa se encuentran en ramas más cortas o más largas que lo esperado por azar (para ejemplos ver Mishler et al. 2014; González-Orozco et al. 2015; Thornhill et al. 2017). Esto cobra importancia en la asignación de prioridades de conservación, ya que evidencia áreas de mayor o menor valor evolutivo. Por ejemplo, en un estudio con el género Eucalyptus , uno de los representantes más diversos de la flora australiana, se encontró una discordancia importante entre el tamaño de las áreas protegidas y la cantidad de diversidad evolutiva que éstas pueden acoger. Se vio que con sólo un 5% de aumento en la superficie protegida, podía aumentar un 33% la PD protegida para especies de este género (Pollock et al. 2015). Otra manera de comprar PD con riqueza consiste en equiparar los valores de PD y riqueza para poder compararlos matemáticamente (Pio et al. 2011). Esto último se puede hacer calculando un valor normalizado tanto para PD como para riqueza por área, el cual se puede obtener para cada zona, restando el valor observado del promedio del estudio completo, y

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