Los territorios que habita(re)mos: ¿Qué futuro existe para las zonas de sacrificio?
gen de país desarrollado, donde ocurrieron cosas tan terribles como la caída del Edificio Alto Río en Concepción, en el cual murieron 8 perso- nas. Este desastre puso en tela de juicio un modelo de desarrollo, donde a pesar del exitismo y la confianza de que no nos va a pasar nada porque somos el país mejor preparado, nos siguen pasando estas cosas y se nos sigue muriendo gente en terremotos y otro tipo de desastres. Este edifi- cio finalmente se hizo polvo, se barrió y el sitio donde estaba construido hoy está eriazo, lo cual evidencia cómo, intencionadamente, el sistema pone una alfombra encima de estas cosas. Una de estas “alfombras” que nosotros vemos que se pone sobre esto es cómo se “memorializa”, cómo se ponen memoriales sin sentido, vacíos. La inauguración del memorial oficial del 27F se hizo el 2013 en medio del juicio de los familiares del Edificio Alto Río contra la constructora. Este acto nosotros lo entendimos como la intención de cerrar un ciclo de un proceso que de ninguna forma se puede resolver en tres años. Por lo mismo, el significado que este hito -que por lo demás tuvo un costo de cerca de 2 mil millones de pesos- está vinculado con tratar de poner una tapa sobre algo que todavía no estaba resuelto y que requiere mucho tiempo para sanarse. Con esto se nos viene la pregunta respecto a qué es lo que queremos recordar nosotros, y eso hay que decidirlo y hay que conversarlo con la comunidad, abiertamente y no escondido en actos oficiales. La memoria no es algo que se obtiene gratis. La memoria es una pelea porfiada por no invisibilizar un hito, una fecha, un evento. Por ejemplo, el incendio de un campamento que hubo en Calama en septiembre del 2018, mostró frente a toda la ciudadanía que había un lugar con cien familias en dicho territorio que estaba olvidado. Generalmente estos grandes desastres esconden el desastre de todos los días, ya que hay lugares que siempre están en riesgo y que cuando hay una explosión, un incendio en este caso, o un evento contaminante extremo como el que está ocurriendo en Puchuncaví, aparecen en la prensa. Para que esas situaciones no se invisibilicen, hay que pelear para po- nerlas a la vista. En el caso de Puchuncaví y Quintero es eso: de qué manera estas luchas que están haciendo las personas y los habitantes de estas zonas y de los que viven alrededor, son para evitar que no se invisibilice lo que ocurre diariamente ahí. En el momento que lo natu- VICTOR ORELLANA ACUÑA NO PLANIFICAR EL OLVIDO: LECCIONES DESDE LA MEMORIA .85. Director de la Fundación Proyecta Memoria.
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