Los territorios que habita(re)mos: ¿Qué futuro existe para las zonas de sacrificio?
fiscalizar o levantar la información, lo cual es tarea del Ministerio y de la Superintendencia de Medio Ambiente. DC: Otro rol importante es la educación, el hacer programas curriculares donde la gente pueda conocer y entrenarse sobre estos temas. A esto se suma cómo comunicamos la información: tener la capacidad de en- tregar esto de tal forma que no se genere una alarma pública de forma irresponsable. KY: En ese sentido, también es importante la transdisciplinariedad de estos temas, considerando que, por ejemplo, para un epidemiólogo y un abogado el concepto de causa o daño es distinto. ¿Cuál es su visión sobre el concepto de “zona de sacrificio”? DC: No solamente es un sacrificio para la salud, sino que también en el ámbito legal y cultural. Yo no hablaría de una zona se sacrificio sin antes cuestionarnos cómo distribuimos el riesgo ambiental entre todos. ¿Por qué siempre el problema ambiental se radica en la población con menos recursos y con menos poder?, ¿cómo hacemos justicia ambiental y dis- tribuimos los riesgos de modo democrático? Creo que este tema debe ser mirado desde la solidaridad y no continuar en las inequidades que son muchas veces políticas. KY: Tampoco me gusta el término zona de sacrificio porque estigmatiza a la zona. La gente ya no quiere ir para allá y las personas que quisieran irse no pueden porque dado los antecedentes tendrán pocas posibilida- des de vender o arrendar sus viviendas. De cierta manera, las personas sienten que se sacrifican por el progreso de todo el país. Y claro, ante esto, es preciso tomar consciencia de cómo distribuir estos sacrificios, porque ese es el problema: por ejemplo, al disfrutar ciertos beneficios como la luz, ¿quién está respirando carbón para que yo pueda encender mi computador? ¿Qué pasa con los niveles de tolerancia y los tiempos que deben espe- rar las personas para surtan efectos las medidas? KY: Quisiera que en esta espera exija a las empresas alguna tecnología de mitigación o bajar los niveles, que se reduzca la exposición de las KARLA YOHANNESSEN Y DANTE CÁCERES UN SACRIFICIO EN LA SALUD .73. Académicos e investigadores del Instituto de Salud Poblacional de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile.
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