Los territorios que habita(re)mos: ¿Qué futuro existe para las zonas de sacrificio?

industrial y mantener una ley laxa, normativas sin restituir ni redactar tanto para aire, aguas y suelo, protegiendo a las empresas por sobre toda expresión de vida. Pero no conformes con esta situación aberrante de vulneración de Dere- chos Humanos, existen propuestas de seis concesiones marítimas que están en carpeta para ser aprobadas, a pesar de que somos una comu- nidad que fue declarada saturada en el año 1993. En ese sentido, es importante destacar que la devastación no es solo en la tierra. Primero se aniquiló la agricultura en Quintero y Puchuncaví. Ambas comunas fueron vergeles en los años ‘60, ‘70 y ‘80, pero ya todo ha desaparecido. Segundo, en lo que va de estos años, han destruido el ecosistema marino al que han arrojado por décadas RILES 21 , la basura de las termoeléctricas y de la fundición de cobre de CODELCO. Según cálculos del año 2004, se han arrojado un total de 3.840 toneladas de sólidos, de los cuales 708 corresponden a arsénico, lo que es un crimen; esto, sin mencionar los continuos derrames de petróleo de ENAP o de químicos tóxicos de Oxiquim, o las emanaciones de gas de Gasmar. La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que con 10 minutos de exposición a una concentración de 500 microgramos ya recibimos daño a nuestra salud, por lo que es importante mencionar que los pará- metros diarios son constantes (entre 100 y 600 ug de SO2) que se agu- dizan con un peak , lo que deja en evidencia claramente que las normas existentes no protegen nuestra vida. El año 2018, la verdad es que ha sido uno de los peores en la historia de estos 55 años de contaminación y vulneración. A la fecha, ya llevamos más de 28 varamientos de carbón, 25 nubes tóxicas de dióxido de azufre y dos derrames de petróleo, responsabilidad nuevamente de la empresa estatal ENAP, donde el último ocurrió en la comunidad rural de Santa Julia, lugar en el cual derramaron 3 mil litros de petróleo, contaminando todo el afluente que alimenta el humedal de Mantagua. A mayo del 2018, eran 50 los escolares intoxicados –de los cuales 8 te- nían intoxicaciones agudas- con emanaciones de gases que hasta el día 21 Residuos industriales líquidos. CAROLINA ORELLANA VIVIR EN UNA ZONA DE SACRIFICIO .37. Habitante de Quintero – Puchuncaví e integrante de la Agrupación de Mujeres en Zonas de Sacrificio.

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=