Diseño urbano y sus aproximaciones desde la forma, el espacio y el lugar. Serie II
Diseño Urbano y sus aproximaciones desde la forma, el espacio y el lugar 258 orientación, qué modo de ser o carácter van a ser incorporados, a fin de obrar con prudencia, es decir, tomar decisiones acertadas (Cortina, 1999). No se trata de crear leyes, pues la norma o el código no señalan las actitudes de las personas, ello surge de la combinación de estos factores, pero con la ética marcando la integración de los mismos. Son las organizaciones quienes recogen estos consensos y tienen la posibilidadde actuar, desde las empresas, lasmunicipalidades, y los colegios profesionales. A su vez la sociedad debe velar por que sus organizaciones tengan una misión y una visión dentro de su cultura local, revisando qué metas se les pide perseguir, y qué valores y hábitos deben incorporar para alcanzarlas. Las organizaciones, como parte de la sociedad, están llamadas a vincularse, cada vez más, a las exigencias que la misma requiere. Sociedad, organización e individuo deberán mantener un equilibrio de crecimiento y desarrollo que permita dar una imagen de integración, cooperación, colaboración y formación de los ciudadanos. Hacia una ética del arquitecto ¿Cuál es la ética que fundamenta nuestro oficio?, ¿Existe una ética de la arquitectura? Consideremos que hay en toda ordenación jurídica un fundamento ético, que sin embargo no agota la dimensión ética involucrada en tal ordenación. Por ello es que existen comités de ética u organismos similares, cuyo ámbito va más allá de la ordenación jurídica. Esa relación ética-arquitectura está referida a un mundo que va más allá de lo normativo, en una tarea íntimamente vinculada al pensar y al actuar del profesional. Debemos tenerlo claro: el quehacer del arquitecto impacta en la vida del grupo social en que se inserta su obra. Debe, por tanto, sopesar sus actos conforme a cómo sería el mundo si todos actuaran como él. Parafraseando a Germán del Sol, cuando refiere al trabajo de Álvaro Siza en el proyecto del restaurant Boa Nova, en que el arquitecto portugués construye sobre un escarpado roquerio junto al mar: “Podria haber dinamitado las rocas, y construido encima lo que viniera a su antojo. Pero, conforme a la ética que hemos descrito, opta por aprovechar lo que el paisaje le ofrece, no para imitarlo, sino para articular su proyecto en torno a el” (Del Sol, 2013). Se establece un diálogo con lo que las cosas son en esencia, asunto dado por un fuerte sentido de la responsabilidad con el lugar en lo que supone es ‘hacer arquitectura’. Podemos continuar recordando a un arquitecto chileno, el recientemente fallecido Alberto Cruz. Con ocasión del diseño de una población obrera
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