Diseño urbano y sus aproximaciones desde la forma, el espacio y el lugar. Serie II

Diseño Urbano y sus aproximaciones desde la forma, el espacio y el lugar 242 Sin embargo, en términos generales, el trabajo que aquí se presenta consiste en el diseño de un ‘script’ para el análisis geométrico de la forma de la estructura urbana, y un algoritmo de simulación, aún no implementado, que permite validar dicho análisis, así como explorar la generación de nuevas estructuras a partir de la manipulación de parámetros. Marco teórico Para la aproximación propuesta al tema, es necesario hacer una revisión de tres hechos relevantes. El primero es la brecha existente entre las ideas que se proponen desde la planificación y su materialización como tarea del diseño urbano y la arquitectura que, finalmente resultan en la ciudad como una entidad tangible. El segundo tiene relación con la forma de analizar entornos urbanos y qué tipos de datos se pueden obtener. Finalmente el tercero dice de cómo podemos cuantificar los atributos que emergen del planteamiento de ideas, establecer las reglas por medio de las cuales se relacionan y luego desplegarlos en el territorio, por medio del uso de herramientas computacionales que simulan la realización. El nacimiento y desarrollo de una ciudad es consecuencia del desarrollo cultural de la sociedad que la construye, demodo que el entorno construido es una representación clara del modo en que un grupo definido de gente se relaciona, tanto con sus pares, como con el territorio sobre el que se establece (Mumford, 1961). Según Kostof, existen dos modos de urbanizar un territorio: desarrollo espontáneo, el cual se realiza en el tiempo, respondiendo a necesidades contingentes de la sociedad, y desarrollo planificado, generadas a partir de una posición con carga ideológica, representativa de un momento histórico (Kostof 1993; De Landa 1997). Cada uno de estos modos de ocupación del territorio tiene asociadas una serie de formas y patrones morfológicos reconocibles. Sin embargo, en la ciudad contemporánea es prácticamente imposible encontrar entornos construidos a partir de unmodo y en forma aislada (Kostof 1991; Alexander, Ishikawa and Silverstein, 1978). Estos patrones y formas tienen su origen en ideas y convicciones, puestos en juego para configurar espacios por medio de un proceso de toma de decisiones, en que se involucran una serie de actores relevantes (sociedad, economía, autoridad, etc.). Por lo tanto, es posible decir que existe una brecha entre los conceptos que dan origen a la forma, y la materialización de éstas, dado que, tradicionalmente, el proceso de producción espacial está mediado por el diseño, entendido éste como la búsqueda de soluciones a problemas particulares (Mitchell, 1977; 1994), por lo que los resultados tienden a ser

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