Diseño urbano y sus aproximaciones desde la forma, el espacio y el lugar. Serie II

15 medio de un trabajo empírico académico de diseño urbano, los autores encargaron a sus alumnos la búsqueda de mayores atributos etnográficos en un área histórica de General Lagos, en el sur de Chile. Dentro de sus reflexiones principales, el ejercicio permitió relevar el significado y la legibilidad del espacio analizado, cuyos componentes son pertinentes en la re-lectura del lugar y necesarios de re-integrar como herramientas de diseño urbano. Carolina Quilodrán, José Sánchez y Antonio Sahady centran su discusión en el significado de aquellos lugares que gozan de “lugaridad”. Se describe cómo La Chimba antigua en el norte de Santiago resistió tanto la configuración urbana clásica hispana de antaño, como los avatares de la ciudad contemporánea con acento en lo global. Por medio de un recorrido historiográfico, los autores muestran una fisonomía atractiva que permitiría que estos lugares con tradición en la ciudad puedan convertirse en la continuidad de la historia vivida (no solo contada) y el redescubrimiento de su propio destino. Por su parte, Paola Velázquez releva a la “bullada” Plaza Italia, como un espacio emblemático de Santiago y que, al igual que La Chimba, entregan una carga semántica y atemporal en la cuidad; que más de allá de su condición física, prodigan valores y percepciones dentro de una multi- visión al usuario, permitiendo además la recuperación, construcción y re-valorización del lugar como elemento vital de la ciudad. Entonces, los preconceptos cognitivos que las personas tienen del lugar, describen acontecimientos al sentidoque éste evoca, derribando lasnociones formales y determinativas que los expertos manejan al planificar, y modificando con ello, sus elementos estructurantes y perceptuales para la construcción del espacio vivido. El entender la ciudad como fuente de múltiples lugares con sentido (Deleuze, 2005), apunta a la transformación del uso del espacio público en relación a sus aspectos significativos. Sentidos que también renuevan y fortalecen el sentido de pertenencia de sus habitantes; y cómo el lugar, desde el mundo subjetivo de las vivencias, apunta a la recuperación del sentido de vivir en comunidad, fortaleciendo los lazos de pertenencia e identidad como reserva de memorias. Dentro de esta idea, Carlos Lange nos invita a reflexionar sobre el proyecto urbano, como aglutinador cultural que “no solamente se expresa en su capacidad para definir y redefinir la morfología urbana y la tipología arquitectónica de una ciudad, sino que también alcanza una indiscutible relevancia política que se expresa tanto en la funcionalidad que otorgan al espacio urbano, como en la experiencia cotidiana que promueven entre sus habitantes”. Esta definición le imprime

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