Diseño urbano y sus aproximaciones desde la forma, el espacio y el lugar. Serie II
13 en términos de reducir la vulnerabilidad socio ambiental, y como la falta de un planteamiento de diseño urbano adquiere responsabilidad en ello. Por su parte, la problemática del territorio y su función de encerramiento contextual se lleva al extremo, retratado por el trabajo de Alberto Gurovich, quien se refiere a la masificación de “cierros en dientes de tiburón” o “lanzas del Caribe” que han sido el elemento peculiar que ha dado forma a límites prediales de nuestras ciudades. El autor sostiene que a través de este reconocible adminículo, se está conformando un nuevo escenario, en donde “aparecen y se multiplican estas singulares adiciones metálicas que coronan de manera agresiva los cercos exteriores de las propiedades, incluso aquellas situadas en espacios que sobrepasan aquellos tildados de peligrosos”. Los tres trabajos presentados pueden relacionarse entre sí, al entender como la correspondencia del espacio y sus límites, parece ser un constante desafío para lograr la justa medida entre lo construido y lo natural (para los dos primeros artículos sobre ciudad y borde fluvial/marítimo), o entre lo público y lo privado (para el tercer artículo sobre los cerramientos tipo “dientes de tiburón”). La delgada línea que separa estos diferentes ámbitos hoy en día, constituye uno de los mayores desafíos del diseño urbano, cuya misión sería la de reposicionar el rol del espacio “vivido” como una capa que permite sobreseer la división arbitraria que encontramos comúnmente en la ciudad y el territorio, y que segrega, separa y estigmatiza a una sociedad que requiere de mayor integración, en su amplia definición. En una segunda ronda de trabajos, el libro nos presenta una crítica sobre la relevancia del lugar significador de experiencias urbanas. En este ámbito, podemos afirmar que el lugar tiene un rol fundamental en las ciudades contemporáneas. Los lugares se pueden volver fuente que dota de sentido a la vida urbana, observándose una fuerte vinculación entre los lugares icónicos y la identidad de la ciudad, sea éste un aspecto positivo o re-afirmante de la vida, o por el contrario, algo negativo, como fuente de conflictos. Por esta razón, muchos estudiosos de la ciudad usan "lugar" para referirse a la significancia de territorios particulares para las personas. Por ende, el lugar es un concepto central en la ciudad y debe ser entendido como un estado incesante de convertirse, y al ser distinguido por su significado subjetivo, examinar la manera en la cual es construido y diferenciado como un aspecto de vital importancia (Picon, 2008). Las experiencias investigativas de los autores de esta segunda parte, nos permiten reflexionar sobre la aproximación al lugar como una fuente de significado, y entonces transformándolo como un espacio icónico (ligado con la parte precedente) para la comunidad. Para ello, se exploran
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