Diseño urbano y sus aproximaciones desde la forma, el espacio y el lugar. Serie II

Diseño Urbano y sus aproximaciones desde la forma, el espacio y el lugar 102 entendido por la mayoría de los geógrafos como un "estado incesante de convertirse", es distinguido por su significado subjetivo y en la manera en la cual es construido y diferenciado. En este sentido la contribución a la discusión, con esta investigación, se ve refrendada por Cuthbert, para quien es un debate pendiente lamanera en que, en el medio ambiente construido, el significado es producido, consumido, circulado e intercambiado, tal como es distorsionado, disfrazado, transformado o suprimido (Cuthbert, 2006). La ciudad al ser explorada como una fuente icónica del sentido, surge desde ser un ente concreto, significante de las fuentes dispensadoras de sentido. "Desde una perspectiva mística-poética, la ciudad constituye un aparato para la producción iconográfica imaginativa". De lo anterior da cuenta Yi fu Tuan al decir los sobrenombres -de una ciudad- complementarían los símbolos visuales: “de esta manera Florencia es el Domo o la Piazza della Signoria, pero es también la Fiorente. New York es su famoso perfil del cielo, pero también es la Empire City y muchas otras docenas de epítetos que compiten” (Yi fu Tuan, 1974). Es probable que el cuestionamiento planteado a partir del sentido en la mayoría de las ciudades del país, haya sido generado precisamente por el periodo de angustia y extravío en el que se vive en ellas. Al menos esto parece haber encontrado Steger et al (2008) en un estudio acerca de la búsqueda del significado, "parece que la gente se sentiría estimulada a buscar el significado de su vida cuando su sentido se erosiona". También el espíritu de la época, que problematizó el sentido, es un cuestionamiento esencialmente del siglo XX, geográficamente situado en las esferas occidentales de la academia. “A cada concepción del mundo le corresponde una concepción del espacio y un sistema de representación o perspectiva” (Roca, 2007). La primera y segunda guerra mundial contribuyeron, con la destrucción de importantes ciudades europeas, a tal preocupación. “Esta ronda de destrucción fue obviamente sinprecedentes. El tanque tradicional y el ataque de artillería por parte de un ejército enemigo demolió las ciudades en cuestión de semanas: los bombardeos aéreos produjeron resultados similares en horas” (Kostof, 1992). El movimiento moderno por otra parte, con su limpieza funcional terminó por quitar el sentido a vivir en la ciudad. “Las bombas fueron simplemente facilitadoras de un proceso de convertir a Europa a un nuevo orden urbano” (Kostof, 1992). Posterior a esto es que los teóricos del diseño urbano, a partir de la década de los sesenta, se cuestionan acerca de los valores de vivir en la ciudad moderna, criticando severamente al modernismo y acusándolo de

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=