Teoría y práctica del diseño urbano para la reflexión de la ciudad contemporánea

76 Teoría y Práctica del Diseño Urbano 3. La memoria del agua como conclusión Por su propia lógica y entidad, los distintos campos del saber tienden a enclaustrar su conocimiento específico, especiali- zándolo y desprendiéndolo de sus vinculaciones con otros saberes, limitando las articulaciones que frente al recono- cimiento de ello podrían surgir. La arquitectura y el urbanis- mo no son ajenos a estas limitaciones, que impiden gestionar los problemas que nos propone la propia realidad y en donde la integración y la articulación entre actuaciones de diversa índole y cuantía se dan de forma natural. La ciudad y el te- rritorio, entre otros, son el resultado de la interacción entre diversos saberes, distintas actuaciones y diferentes intereses. En afán reparador, se echa en falta una ciencia integradora. 17 Frente a las incertidumbres propias de las técnicas proposi- tivas como la arquitectura y el diseño, el urbanismo se nos presenta como un factor de relación con las certidumbres que surgen del conocimiento aportado por el saber científico; como una puerta de entrada y salida que articula las incerti- dumbres con las certidumbres provenientes de la Sociología, la Sicología, la Filosofía, la Economía, la Historia, etc. A su vez, en cuantomediador entre arquitectura y urbanismo, el diseño urbano debe superar el campo vacío que resuelva las limita- ciones manifestadas en la introducción del presente escrito. La historia nos señala que las distancias y oposiciones ob- servadas en la actualidad entre los diversos usos del territo- rio -usos urbanos, usos agrícolas, energéticos, mineros, por ejemplo- no fueron tales. Los romanos de los tiempos clásicos fundaban una ciudad trazando una línea que separaba la urbs del ager mediante el arado tirado por un buey, que hendía su aguzada punta sobre el suelo. Una simple fisura que con el tiempo se constituía en una muralla, transformaba el uso y el destino del suelo, desprendiéndolo e insertando el interior que por ello surgía en un contexto agrícola. Arado y buey son dos herramientas de uso agrario que funcionalmente con- stituyen elementos fundamentales de la actividad productiva y que por una razón mítica devienen en artefactos que enun- 17 “La integración de las perspectivas y conocimientos propios de tales disciplinas en una transdisciplina que las englobe y unifique metodológicamente, para un análisis sistemático y una síntesis global del espacio, contemplando como medio ecológico, geográfico y políticamente activo se le denomina aquí Coranomia”. (García Bellido, 1999, s/e).

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