Teoría y práctica del diseño urbano para la reflexión de la ciudad contemporánea
74 Teoría y Práctica del Diseño Urbano acequia. Las trazas que surgen por ello presentan formas que hemos denominado peine cuando, acordes con los usos agrícolas que poseen estas áreas, aconsejan un uso estricto de la franja del camino de penetración transversal. De similar naturaleza son las penetraciones lineales a ambos lados del camino principal -la H-76- y el canal Larmahue, en forma de espina de pescado que señalan usos residenciales laterales a los ejes. La penetración del agua mediante acequias hacia las franjas laterales, promueve el surgimiento de geometrías en tejido hacia el interior de las mismas, expresándose como man- zanas de geometría ortogonal ocupadas por usos residen- ciales. El ejemplo de la cuadrícula del sector de Portezuelo (extremo occidental del canal Larmahue) es demostrativo del surgimiento de formas preurbanas que superan los desarro- llos lineales y dispersos observados en otros sectores y cuyas dinámicas de crecimiento podrían evolucionar hacia formas urbanas de uso residencial, tal como expresan las localidades emplazadas en el entorno fluvial del río Cachapoal. Llamamos tejido a la cualidad de definir superficies de pequeña escala en donde el lugar o sitio como ámbito habita- ble predomina sobre el espacio agrario, como en el caso del apartado anterior. La permanencia y mutación que define la construcción del lugar habitable se sobrepone a las situa- ciones de flujo y orilla, de textura y recorrido que imponen los cursos de ríos y canales. En algunos casos, las situaciones de tejido se dan conmayor frecuencia en piezas geográficas don- de surge una mayor fragmentación de la textura, tal como es posible observar en el sector de Lo Argentina (extremo dere- cho de la Figura 7). Podría señalarse que esta fragmentación del mosaico agrario antecede y promueve la presencia de usos residenciales del suelo agrícola y se encuentra promovida por la naturaleza y calidad de los suelos. Estos desarrollos residenciales preurbanos que registran una mayor profundidad transversal en el ala sur de la ruta H-76, coinciden con los ejes de las quebradas El Toro y Solís situadas a los pies de los cerros El Parrón (720 msnm) y Los Quitreos (724 msnm), respectivamente. En este caso, el abastecimiento de agua de riego proporcionado por las acequias del canal Lar- mahue se complementa con cursos eventuales de agua prove- nientes de ambas quebradas, motivando una penetración de
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