Teoría y práctica del diseño urbano para la reflexión de la ciudad contemporánea
13 cimientos propios de esta disciplina. En esto último, creemos que la investigación requiere de una visión que va más allá del profesional que construye obras, diseña proyectos urbanos, o planes urbanos, im- plicando simultáneamente, y por intermedio de estas ac- ciones, la capacidad de generar conocimiento específico, rea- lizando nuevos avances en la disciplina del diseño urbano. En particular, la investigación académica, además de ser la forma en la cual se puede hacer avanzar la disciplina, pasa a consti- tuir una manera de construir ciertas certezas en las cuales ba- sarse cuando se ejerce directamente sobre la ciudad. Investigar permite aproximarse a una teoría del diseño - urbano en este caso - que se practicará al momento de proyectar. Por lo tanto, no puede haber práctica sin teoría; se quiera o no, al momen- to de proyectar o diseñar, siempre nos basamos en nuestras propias ideas del mundo y de cómo funciona. Esto lo explica claramente Morales (1966): “… la teoría -contra lo que suele suponerse- nunca dejó de explicar praxis, puesto que nació, precisamente, de ‘prácticas religiosas’, procesionales, denominadas “teo- rías” porque representaban la contemplación de lo más alto en secuencia ordenada. La teoría debe ser, por ello, ‘consecuente’ y ‘observante’. Y es, desde luego, previa o anticipada al hacer, al que sirve y completa, hasta el punto que en la concepción platónica se estima que la teoría debe desembocar en la acción” (p.33). Se entiende entonces, a la teoría como parte fundamental para llevar una práctica urbana, y a la investigación como una forma de construir un conjunto de nociones que aproximen a una forma de proyectar propia. Es por esto que se puede ha- blar de oficinas de arquitectura (o arquitectos) que además de proyectar, investigan, donde el límite entre sus investigaciones y su práctica profesional es difuso. Investigar es producir cono- cimientos. Según esta definición se entiende por investigación, a la generación de saberes o conocimiento. Según Sarquis (2006), “…hay investigación en cuantos dominios el hombre pre- tenda crear o conocer rigurosa y sistemáticamente, en ciencia, en arte, en música, en arquitectura, en literatura…” (p.33). Sumados a esta visión, rechazamos la idea de que el cono- cimiento sepueda generar solomedianteunmétodo, endefini-
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