Teoría y práctica del diseño urbano para la reflexión de la ciudad contemporánea

119 Práctica y escalas de paisaje del diseño urbano Una nueva mirada del borde costero fondos especiales para realizar expropiaciones de suelo que permitieran construir las medidas de mitigación. Todo este despliegue demuestra que el Estado puede hacer converger todas las acciones en un mismo propósito con el fin de transformar las ciudades; que los recursos económi- cos pueden ser gestionados, que las instituciones públicas pueden ser coordinadas y que finalmente el diseño urbano es una herramienta eficiente para facilitar esta convergencia. Sin duda se podrán encontrar muchos aspectos cuestionables del proceso de reconstrucción, pero es un hecho claro que hay muchas localidades como Dichato, Tumbes, Coliumo, Perales, Talcahuano, Llico, Tubul o Tirúa que experimentarán cam- bios en su relación con el borde costero, y como consecuencia en su imagen urbana, toda vez que las medidas para aumentar la resiliencia se transformen en políticas públicas duraderas. Los cambios y el rol del espacio público Un común denominador en la gestión del diseño urbano lo constituyen sin duda los espacios públicos. En toda ciudad, y especialmente en las más pequeñas, el espacio público con- stituye una plataforma significativa para el diseño de la ciu- dad y su imagen. Debemos tener en consideración que la ex- tensión de esta plataforma puede superar fácilmente el 30% de la superficie urbana total de una ciudad, y que en nuestro caso constituyen bienes nacionales de uso público. El rol de los espacios públicos en la experiencia de transformación de las localidades del borde costero fue especialmente relevante. En efecto, los espacios públicos no solo constituyeron la platafor- ma más directa para canalizar las inversiones públicas, sino también para ejecutar las principales medidas de mitigación frente a futuros tsunamis. De este modo, los parques, las cos- taneras, las defensas costeras o los bosques de mitigación se diseñaron en espacios públicos y constituyen las principales medidas para mejorar la resiliencia de estas ciudades. Otro factor de cambio relevante lo constituye el diseño de las nuevas viviendas emplazadas en zonas expuestas, las que con la finalidad de adaptarse mejor a su condición de riesgo han cambiado su morfología por edificaciones de dos y tres pisos, o bien, sobre pilotes con el empleo de hormigón o acero (ver Figura 18). Estas soluciones no están diseñadas para evitar o sobrellevar un nuevo evento similar al tsunami del año 2010

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