Género y Políticas Públicas: una mirada necesaria de la vejez

mayores que no habían accedido a la informática hoy tienen una tablet y la usan para comunicarse con sus familias en el exterior, para sacar fotos, para jugar, para leer, para mirar películas, para informarse de las noticias; o sea, la usan y la usan mucho. Y no sólo eso: muchos mayores la usan para trabajar, tienen su espacio web, su Instagram, su Facebook, para ofrecer sus productos. La formación de profesionales Antes de terminar me interesa observar qué pasa con la formación de los profesionales que trabajan con mayores o que trabajan con comunidades en que participan o no las personas mayores. ¿Por qué no se estudia el envejecimiento en todas las carreras que co- rrespondan?, ¿por qué sólo se hace como especialización de post- grado, si el envejecimiento es parte de la vida? Por lo que podemos ver, la ausencia de formación es portadora de prejuicios, como lo que supone para los profesionales al tratar con adultos mayores enfrentar su propia vejez. Todos estos pre- juicios hacen que mucha gente le tema a la vejez. También, desde una perspectiva psicologisista, se plantea que trabajar con perso- nas mayores reactualiza los conflictos reprimidos en relación con sus propios padres, o con sus propios abuelos, pero esto es parte de los fenómenos transferenciales que siempre hay que trabajar frente a cualquier tipo de población. Es por estos factores que en lí- neas generales el trabajo en gerontología no tiene mucho prestigio. Sin embargo, les puedo decir que, a nivel de aprendizajes, de cre- cimiento, de sabiduría y de humanidad, para mi es extraordinario. En todo este panorama que puede resultar muy negativo en lo que tiene que ver con lo que opera cotidianamente en la realidad, esas construcciones subjetivas y discursivas se pueden resistir y transformar con múltiples herramientas. Una de ellas es el con- cepto de empoderamiento, que también surge del trabajo de las feministas y que la gerontología lo adoptó porque el sujeto “per- sona vieja” como las mujeres deben re-construirse, reconocerse, y reconocer derechos que quedan invisibilizados por un deber ser o por la sobreprotección. Si bien hay muchas críticas que se le hacen al concepto em- poderamiento, como por ejemplo que es una mala traducción del GÉNERO Y POLÍTICAS PÚBLICAS: UNA MIRADA NECESARIA DE LA VEJEZ 88 89

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