Género y Políticas Públicas: una mirada necesaria de la vejez

Sexualidad y vejez Siguiendo con el tema de los prejuicios en la vejez, nos encontra- mos con la dificultad de aceptar y considerar la sexualidad en esta etapa. Pese a sostener que la sexualidad está activa durante toda la vida, sigue operando una suerte de negación de ésta cuando se piensa la vejez. Que se entienda la sexualidad en la vejez como una vergüenza hace difícil para muchas personas mayores expresarse libremente. ¿Cuántas personas tienen el coraje de sostener su de- seo pese a los prejuicios? Este problema de hablar de la sexualidad y desarrollarla feliz- mente viene desde la primera infancia, cuando hablamos de edu- cación sexual, pero consideramos perversiones las expresiones de la sexualidad los niños. En general nos cuesta porque nos educa- ron considerando la sexualidad como un deber reproductivo para la mujer y no como una expresión de placer. Por ello durante mu- cho tiempo la educación sexual, en vez de dedicarse a tratar las cuestiones que sentimos en relación a la sexualidad, a las relacio- nes de poder y placer que se juegan en ellas, nos preocupamos por mostrar cómo funcionan los órganos sexuales. Eso no nos sirve de mucho porque no nos relacionamos de aparato reproductivo a aparato reproductivo. Las teorías feministas nos han aportado mucho para criticar esta visión biologicista y puritana de la sexualidad. A mi parti- cularmente me interesa aludir al pensamiento de Judith Butler. Dicha filósofa -una filósofa de la praxis-, permite reivindicar los derechos desde el mismo condicionamiento de la posibilidad de reivindicar. Dado que la norma del deber ser construye nuestra forma de ser, pero también las políticas de Estado, uno de los conceptos cen- trales de Butler es plantear que el género es performativo, o sea, que posee una determinada manifestación. Para Butler el género está condicionado por normas obligatorias que lo hacen definirse en un sentido u otro, y ese sentido dominantemente es en un mar- co binario (hombre-mujer). En la medida que para definir el género necesitamos la normatividad y normalidad, estamos hablando que la reproducción del género es siempre una negociación de poder (Butler, 2009). GÉNERO Y POLÍTICAS PÚBLICAS: UNA MIRADA NECESARIA DE LA VEJEZ 84 85

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