Género y Políticas Públicas: una mirada necesaria de la vejez

Si bien, a partir de los años ‘70 encontramos publicaciones sobre este tema, como por ejemplo los trabajos de Macdonald (1989), to- davía en 2006 Leni Marshall se preguntaba por los años que tenían que pasar para que estas obras dejaran de ser vistas como pioneras y comenzaran a ser parte del conocimiento oficial en este campo. A partir de los años ‘80 esta historia de altibajos comienza a transformarse en conocimiento legitimado, especialmente cuan- do se incrementan los estudios procedentes del feminismo y de la gerontología social. Estos, se centrarán en la articulación entre el género y la edad (Gibson, 1996), emergiendo el enfoque del “doble riesgo”, el cual enuncia las dificultades que las mujeres mayores detentan por el hecho de ser mujeres y ser mayores (Gibson, 1996; Knodel y Ofstedal, 2003). Si bien, no es propósito de este escrito abarcar más de cuatro décadas de producción científica sobre envejecimiento, sí es ne- cesario identificar que en la actualidad nos encontramos con un distintivo latinoamericano en el estudio de esta fase actual, o más bien, en el análisis de las mujeres que envejecen. Este distintivo se relaciona con el aporte que ha supuesto poner en diálogo el pro- ceso de envejecer con los estudios sobre organización social de los cuidados. Es de sobra conocido que en relación a los cuidados hay una literatura muy extensa y que el cuidado se ha definido de muchas maneras distintas, casi tantas como investigadores –ge- neralmente mujeres- que se ocupan de estos temas. No obstante, es importante considerar el cuidado desde miradas amplias, las cuales lo entienden no sólo en situación de dependencia, sino en situación de interdependencias, es decir, como una práctica de sos- tenimiento de la vida que nos atraviesa a todos y todas en cada uno de los momentos de nuestra vida. Así, estudiar cómo envejecen las mujeres desde la organización social de los cuidados implicaría, desde mi mirada como mujer antropóloga feminista que estudia este tema junto con otras aca- démicas feministas como Menara Lube Guizardi, considerar que hay dos elementos que han pasado desapercibidos en el análisis de la vejez de las mujeres mayores: por un lado, la invisibilidad del continuo trabajo de cuidado a lo largo de la vida, -una invisibilidad que se hace especialmente evidente en la vejez- y, por otro lado, la valoración social compartida de que el mejor cuidado es el que entrega la familia. Frente a ello, nos encontramos que, las mujeres SEXTA ESCUELA INTERNACIONAL DE VERANO SOBRE ENVEJECIMIENTO 2019 DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE.

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