Género y Políticas Públicas: una mirada necesaria de la vejez

Concretamente, los datos del último censo nos indican que el 16% de la población absoluta en Chile tiene más de 60 años, es de- cir, de un total de 17.574.003 personas que se registraron en el país, 2.850.171 son personas mayores (INE, 2017). De este porcentaje, el 55% de la población son mujeres, frente al 44% que son hombres. Es más, las estimaciones para el periodo 2045-2050 proyectan a Chile como el país con mayor potencial de longevidad, donde se estima una esperanza de vida de 87,9 años (CELADE, 2014). Esta longevidad nos indica, entre otras cosas, que a medida que nos hacemos más mayores, hay más cantidad de mujeres que de hombres, es decir, que la longevidad se presenta feminizada, lo que tiene como consecuencia que los ciclos de vida se alarguen y se viva más tiempo en la llamada tercera y cuarta edad. Sin embargo, debido a estos alargamientos de los ciclos de vida, especialmente en la vejez, en las mujeres mayores se superponen múltiples posi- ciones de parentesco, es decir, por más tiempo las mujeres siguen siendo abuelas, por más tiempo siguen siendo esposas, por más tiempo siguen siendo hijas. Al vivir más tiempo, tienen que soste- ner más obligaciones de parentesco, las cuales sitúan en las muje- res madres, esposas, abuelas, y muchas de ellas, también hijas de padres más mayores, la responsabilidad de cuidar. Si unimos esto a la ralentización del recambio poblacional, don- de cada vez vemos que hay más personas mayores necesitadas de cuidado y menos personas disponibles para cuidar, nos encontra- mos con un escenario complejo, donde las mujeres seguirán cui- dando en múltiples direcciones (parientes en línea ascendente y descendente) más allá de la edad que tengan. 2. Estudiar la vejez femenina a la luz de la organización social de los cuidados Desde que apareciera la obra de Simone de Beauvoir, “La vejez” (1970), y la reconocida feminista mencionara que esta etapa de la vida no es sólo un hecho biológico sino también un hecho cultural atravesado por la clase social, entre otras categorías de diferencia- ción, nos hemos encontrado que el estudio de la vejez desde las ciencias sociales, y especialmente, el estudio de las mujeres que envejecen, ha sido una historia de altibajos. GÉNERO Y POLÍTICAS PÚBLICAS: UNA MIRADA NECESARIA DE LA VEJEZ 38 39

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