Género y Políticas Públicas: una mirada necesaria de la vejez

El género como categoría socio-antropológica y como com- ponente de la identidad social de las personas, cumple un papel importante en la comprensión y explicación de dicho proceso de envejecer. En este contexto, “el pensamiento feminista ha propi- ciado el desarrollo de un corpus teórico que analiza con detalle las fuertes vinculaciones entre género y envejecimiento, iluminando crítica y lúcidamente las diferentes posiciones en cuanto a poder y estatus de hombres y mujeres en la jerarquía social” (Arber y Ginn, 1996). Observar la relación entre envejecimiento y género nos permite ir mucho más allá de la sola comparación entre las vidas de los hombres y las mujeres mayores. Nos permite profundizar y visibi- lizar una serie de desigualdades en el proceso de envejecer, y evi- denciar que los significados y las experiencias de hacerse mayor tienen más que ver con lo social, lo económico, con la cultura y la política, que con el mero paso de los años. Es aquí justamente donde la reflexión y los aportes teóricos y empíricos que las ciencias sociales -y particularmente el feminis- mo- vienen desarrollando hace más de dos décadas, nos permiten a los y las investigadoras del envejecimiento contar con herramien- tas para la comprensión de esta realidad y la posición diferenciada y desigual de las personas mayores en la estructura social. Es por esto que se hace necesario comprender que género y edad no son solo variables presentes en un análisis, sino que constituyen ele- mentos basales de la trayectoria biográfica y de envejecimiento de las personas. Dentro de la investigación gerontológica, el enfoque del curso de la vida se nos presenta como una buena herramienta teórica y metodológica para observar el lugar del género en la vejez, por cuanto “trata (no solo) de yuxtaponer las dimensiones o esferas y saberes, sino de comprender los lazos y las influencias recípro- cas entre ellos, incorporando un objeto interdisciplinario e incluso transdisciplinario” (Lalive d’Epinay et al, 2011). En términos metodológicos Bernard afirma que a futuro debería haber una mayor implicación y participación de las propias mu- jeres mayores en los procesos de investigación, no sólo en cuanto objetos de estudios y conocimientos de primera fuente, sino más bien en cuanto sujetos activos involucrados en el proceso mismo de investigación. GÉNERO Y POLÍTICAS PÚBLICAS: UNA MIRADA NECESARIA DE LA VEJEZ 34 35

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