Género y Políticas Públicas: una mirada necesaria de la vejez

Al observar las experiencias de vejez y longevidad de María y Eduardo, nos damos cuenta que sus trayectorias están marcadas por el género y cruzadas por otras dimensiones de sus vidas, como la situación conyugal y la ruralidad. Vale decir, que la vejez no sólo tiene que ver con la edad, sino que con la intersección de una serie de categorías o características, una de ellas es el género. Género y cultura El concepto de género fue acuñado por investigadores que estudia- ban la sexualidad humana, afirmando que lo que se ha entendido como ser hombre o ser mujer tendría relación con un aprendizaje cultural más que con las características biológicas o sexuales de las personas. La cultura la entendemos como el conjunto de atributos y pro- ductos de las sociedades humanas, que son transmisibles por me- canismos distintos a la herencia biológica; es decir, se aprende. Las sociedades humanas se organizan en base a la diferencia- ción, ya sea de clase, de género o de edad. Dentro de las distintas edades, la vejez al igual que el género, constituyen una categoría social y un elemento de identidad de las personas. Si bien la vejez como etapa de la vida está presente en todas las sociedades, su manifestación es particular y sus contenidos y significados varían de una cultura a otra y de un momento histórico a otro. La edad y el género, a lo largo del curso de la vida adquieren diferentes significados, teniendo como base el paso del tiempo, ge- nerando diferentes prácticas y posiciones sociales, como en el caso de María y Eduardo. Por lo tanto, al igual que la edad, el género es una categoría sociocultural con un fundamento biológico, como es la corporalidad de los seres humanos. A esa biología le llamamos sexo y diferencias sexuales. Cada sociedad interpreta y le da con- tenido a ese sexo biológico, surgiendo así el género como construc- ción sociocultural. Las identidades de género se construyen a partir de un proceso donde cada individuo aprende lo que es ser hombre o mujer, al asumir los roles y las actitudes que le son propias, interpretándose a sí mismo según dichos parámetros, los cuales se configuran a lo largo del curso de la vida. Así, hombres y mujeres somos el resulta- do de una producción histórica y cultural. SEXTA ESCUELA INTERNACIONAL DE VERANO SOBRE ENVEJECIMIENTO 2019 DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE.

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