Género y Políticas Públicas: una mirada necesaria de la vejez
de la erupción del volcán. Él también se tuvo que ir a vivir a Puerto Montt. Actualmente, él vive de una pensión que recibe del Estado. Me cuenta orgulloso que él fue muy deportista. Viajaba harto por la zona cuando tenían partidos de fútbol. Hablamos harto rato de fútbol (menos mal que yo algo sé). Al parecer es un tema que lo apasiona. También sirvió para distender la conversación. Al princi- pio él estaba muy desconfiado. Me preguntaba insistente si yo era del gobierno o a quién representaba; que qué anotaba en mi libreta. Le expliqué varias veces que yo venía de Santiago y que trabajaba en la Universidad. Comprendí porqué la sobrina lo describía como un señor desconfiado, ermitaño y de trato no fácil. Al despedirnos le pregunto si puedo volver a visitarlo, a lo que él me responde: “venga no más, da gusto conversar con gente con la que se puede hablar bien, y que saben”. GÉNERO Y POLÍTICAS PÚBLICAS: UNA MIRADA NECESARIA DE LA VEJEZ 28 29
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