Género y Políticas Públicas: una mirada necesaria de la vejez
cometido maltrato psicológico. Por lo tanto, el Estado, tiene que ge- nerar unas políticas fuertes para mirar lo que está pasando hacia adentro de las instituciones. En mi país se han empezado a medir, por primera vez desde el año 2014, los femicidios de las mujeres mayores. Al colectivo “Ni Una Menos” lo que siempre les digo es que les falta una, porque cuando hablamos de Ni Una Menos, hablamos de las mujeres trans, de las aborígenes, etc. pero nunca de una mujer mayor. En referencia a la seguridad social, también podemos hablar de la inequidad entre varones y mujeres. Por ejemplo, en Jordania, el 82% de los hombres tiene cobertura de seguridad social versus las mujeres que sólo son un 12%. En nuestra región encontramos a El Salvador con una cobertura previsional del 10% de las mujeres y el 32% para varones. En referencia a los montos que se perciben por pensiones o ju- bilaciones, las mujeres mayores hoy ganan en Chile un 27% me- nos que los varones. ¿Y cómo se soluciona esto? Se soluciona con acciones específicas. Nosotros en Argentina implementamos la ju- bilación del ama de casa, que es un reconocimiento al trabajo no remunerado y por lo tanto la cobertura previsional en nuestro país es casi universal, tanto, varones como mujeres tienen una cobertu- ra del 97%. Los sistemas de capitalización, como el que tiene Chile, son los más perjudiciales para las mujeres (ComunidadMujer, 2018). Doble estándar Cuando hablamos de vejez y género también estamos frente al do- ble estándar social. Cuando las mujeres tenemos panza, ¿qué so- mos?: unas gordas desagradables. Por su parte los varones cuando tienen pancita, ¿qué se vuelven?: atractivos, se los engloba en la categoría de varón maduro y eso puede ser seductor. A las mujeres se nos exige mucho más, por eso nos convertimos en la super wo- man. Compramos todos los productos de belleza porque nosotras tenemos que estar conforme al mandato social que dice claramen- te qué tiene que ser una mujer. Y cuando somos mujeres mayores empezamos a devaluarnos porque no cumplimos ese mandato so- cial y somos expulsadas del mercado del deseo y del amor para los varones, en el caso de las relaciones heterosexuales. GÉNERO Y POLÍTICAS PÚBLICAS: UNA MIRADA NECESARIA DE LA VEJEZ 22 23
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