Género y Políticas Públicas: una mirada necesaria de la vejez
jubilación, el derecho a la vida y a la dignidad en la vejez, todo por el solo hecho de ser ciudadanos y personas autónomas que pueden decidir por sí mismas. Es importante comprender que cuando uno envejece no pierde el poder de decisión, mucho menos pierde los derechos. Todo lo contrario, a medida que avanza la edad vamos ganando derechos y esto es lo que establece la Convención. La Convención promueve la visibilidad de la temática y de los aportes que hacen las personas mayores a una sociedad y que no hay que verlos como una carga. Además, promueve, protege y ase- gura el pleno goce y el ejercicio de los Derechos Humanos, y fo- menta el envejecimiento activo. Junto con esto, la Convención posee menciones específicas a la temática de género, en el entendido de que no hay grupo más dis- criminado que el de las mujeres mayores, dado que el hombre pue- de llegar a ser discriminado por pobre, por tener una discapacidad y por ser viejo, mientras que la mujer es discriminada por pobre, por tener una discapacidad, por la etnia, por ser vieja y, además, por ser mujer. Otra parte de la Convención se refiere a los estereo- tipos negativos y los prejuicios en torno a la vejez, en especial a aquellos que aluden a las mujeres mayores. El artículo 5 convierte a la Convención en el instrumento vincu- lante más progresista del mundo porque prohíbe la discriminación por género, por orientación sexual y por identidad sexual. Este ar- tículo, además, prohíbe la discriminación por edad. Envejecimiento desigual La esperanza de vida ha aumentado para todos. A nivel mundial, para las mujeres es de 72 años y para los varones de 68 años (CEPAL 2016); pero la realidad de ambos no es igual. ¿Por qué las mujeres vivimos más tiempo que los varones? En principio, hay un 30% de carga biológica y genética y un 70% de condiciones de vida (OMS 2015). Si bien hay algunos factores que nos protegen, las condiciones de vida son las que nos igualan después. Las mujeres vivimos más tiempo pero con más enfermedades crónicas y con más discapaci- dades, por lo tanto, vivimos más tiempo con peor calidad de vida. A esto se suma que no es lo mismo nacer en un continente rico que en un continente pobre. Un varón que nace en un país rico vive GÉNERO Y POLÍTICAS PÚBLICAS: UNA MIRADA NECESARIA DE LA VEJEZ 16 17
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