Género y reduccion del riesgo de desastres. Acercamiento a nivel local

en general, los procesos de reconstrucción de viviendas como prioridad en un intento por volver a una normalidad similar a la previa al desastre. Si bien estas normativas son más bien lineamientos de tipo general, no enfatizan la importancia de la perspectiva de género en las funciones que se deben realizar, dejando de esta forma la responsabilidad de estos pro- cesos de rehabilitación y reconstrucción en manos de las organizaciones comunitarias y sus capacidades organizativas. Sin embargo, es relevante mencionar que esta es la etapa donde se agu- dizan los problemas de tipo psicológico y psicosocial en las comunida- des afectadas producto de las pérdidas sufridas, y la desorganización familiar y social. Las consecuencias son problemas tales como la de- presión, la ansiedad, consumo de alcohol (u otras sustancias) en exce- so, así como problemas de convivencia y violencia intrafamiliar. Estos problemas abarcan las pérdidas comunitarias, la desarticulación de re- des de apoyo o el éxodo de personas que conformaban a la comunidad, entre otros (Minsal, 2011). La ausencia de un tratamiento psicológico adecuado o de estrategias de contención oportunas, unida a las respon- sabilidades propias de la organización en esta etapa de reconstrucción, pueden llevar a cuadros psicológicos más complejos, como el trastorno de estrés postraumático -TEPT- (Leiva-Bianchi, 2011). En este sentido, un estudio realizado por Leiva-Bianchi y Araneda (2013) sobre la preva- lencia de este trastorno en personas que experimentan un terremoto o un tsunami, establece que las mujeres presentan un porcentaje más alto de TEPT (26%) en comparación con los hombres (8%). 8.7.1. Salud Mental De acuerdo con organismos internacionales, las situaciones de desastres afectan en forma más severa la salud mental de las poblaciones pobres y aisladas, las cuales antes de la tragedia viven en situaciones de gran vul- nerabilidad psicosocial y mayor prevalencia de trastornos mentales (OPS, 2002; 2006). Una vez producido el desastre, estas poblaciones presentan habitualmente menor capacidad para aliviar o resolver los efectos de es- tos eventos y restablecer la normalidad, así como para acceder a servi- cios sociales y de salud. Tanto a nivel individual como a nivel psicosocial, los efectos de emergencias y desastres implican una perturbación gene- ral que sobrepasa la capacidad de los individuos y la población afectada de manejar o afrontar el evento. En esta misma línea, en el año 2007, se elabora la Guía del IASC (Inter Agency Standing Committee) sobre Salud Mental y Apoyo Psicosocial en Emergencias Humanitarias y Catástrofes. Este documento advierte sobre el impacto de los desastres en la salud mental de la población en general, y sus efectos en el desarrollo de las naciones más pobres. Su relevancia radica en que recomienda la elabora- ción de lineamientos multisectoriales e interinstitucionales. Es en este sentido, la falta de lineamientos claros, donde se establezcan y valoren las funciones asignadas a los diversos miembros de una co- DOCUMENTO DE TRABAJO: GÉNERO Y REDUCCIÓN DEL RIESGO DE DESASTRES ACERCAMIENTO A NIVEL LOCAL CITRID | Universidad de Chile y Mesa de Trabajo en Gestion del Riesgo y Genero 58

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=